domingo, 7 de diciembre de 2014

22 de diciembre de 2013: Keelung y el Pato Amarillo

Si algo ha llamado mi atención en Taiwán es la abundancia de cosas “monas” (o keai 可愛 en chino). Hello Kitty! y Rilakkuma son viejos conocidos, sin embargo, durante un tiempo, tuvieron una poderosa competencia. Se trataba del Pato Amarillo o Pato de Goma Gigante (the Rubber Yellow Duck o 黃色小鴨 Huanse xiaoya) creado por el artista holandés Florentijn Hofman. Este pato, que causó furor en Taiwán a finales del año 2013 hasta principios del 2014 (¿o tal vez debería decir que lo sigue causando?) tiene la apariencia del típico juguete que usan los niños en la bañera, con la peculiaridad de medir 16 metros. Tras pasar por varios países, hizo un tour por la costa de Taiwán, cuyo último destino fue el puerto de Keelung, una pequeña ciudad cercana a Taipei.




Pero, ¿por qué hablo de un simple pato de goma como si se tratara de un fenómeno? Pues bien, puesto que una imagen vale más que mil palabras, pasen y vean:

1. Gorras del pato



2. Adornos de Navidad del pato en Keelung


 


      3. Bolígrafos, lápices, libretas, post its, paraguas y mini lámparas chinas del pato




4. Estuches del pato


     

5. Llaveros del pato


      
   
6. Sellos, monederos, pasta de dientes y postales del pato


     
  7. Gel y jabón del pato 

 


8. Toallas del pato




















9. Basureros del pato en Keelung 




















10. Globos del pato



















11.  Imanes del pato 


























12. Calcetines del pato 



















13. Adornos del pato 


























14. Jerséis y camisetas del pato



























15. Autobuses, estaciones de autobús y conductores de autobús del pato 






16. Y mi favorito… tatatachaaaan… ¡coches eléctricos del pato!  


   

Otras cosas que no pude fotografiar: 

1. Fundas para el móvil del pato
2. Vasos del pato
3. Cantimploras del pato
4. Pasteles del pato
5. Posavasos del pato
6. Chucherías del pato  
7. Mantas y cojines del pato


Los taiwaneses parecían adorar al Pato Amarillo como si fuera un dios 



      Aunque parecía que todos los taiwaneses lo adoraban, a algunos esta fiebre amarilla les pareció excesiva. Yo tenía una mezcla de sentimientos. El Pato Amarillo me gustaba y molestaba al mismo tiempo, pero en cuanto llegó a Keelung aproveché un fin de semana para ir a verlo. Fue fácil ir en autobús (además de súper rápido y barato) y, al llegar, había mareas de gente de todas las edades intentando hacerse un selfie con él. Una cosa es cierta: es imponente. Hay quien lo critica insistiendo en que solo es "un pato de goma", pero a mí me parece algo digno de ser visto.



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