Las bodas taiwanesas son una celebración por la que siempre he sentido mucha curiosidad. Cuando recibimos nuestra primera invitación de boda me puse contenta pero también nerviosa: ¿cómo vestirse? ¿Cuánto dinero se debe dar a los novios? ¿Qué hago si no sé cómo tomar la comida? Estas y otras preguntas rondaban mi cabeza.
Para mi sorpresa, en Taiwán las bodas suelen empezar al mediodía y se celebran en hoteles y restaurantes. Como regalo se entregan los tradicionales sobres rojos chinos con dinero. La cantidad que se debe meter varía dependiendo de la relación que se tenga con los novios, y obviamente las personas más cercanas son las más generosas. Los amigos pueden quedar bien con menos de cien euros. En el sobre se debe escribir algún buen deseo para el matrimonio como por ejemplo "百年好合" (bai nian hao he) que se podría traducir como "por cien años de felicidad juntos".
Al llegar lo primero que debes hacer es entregar tu sobre rojo. Unas personas, que normalmente son amigos o familia de los novios, se encargan de contar el dinero, apuntar la cantidad y guardarlo. Están en la puerta y son los primeros en recibirte, de manera que el proceso recuerda a pagar la entrada de una discoteca. Pero tiene su razón de ser: si algún día los novios son invitados a una boda deben entregar la misma cantidad que les fue entregada a ellos, o preferiblemente un poco más.
La ceremonia se centra en el banquete y empieza cuando los novios entran en la sala. Cada mesa está designada a un grupo de personas diferente (la nuestra era la de los compañeros de instituto). Poco después de su entrada, los padres de la pareja dieron un pequeño discurso sobre lo contentos y orgullosos que estaban de sus hijos, seguido de un sorteo de una botella de vino. Después pusieron un Power Point con fotos de boda y se sirvió comida. La sala era tan grande y los invitados tantos que yo apenas me enteraba de lo que pasaba.
Toda la comida era para compartir entre los comensales de la mesa, que era giratoria. Se sirvieron una gran variedad de platos, pero aun así tocó una miseria para cada uno. El plato más popular en las bodas son las vieiras secas o ganbei (干貝), pero también tuve la suerte de probar otras delicias como el famoso Buddha Jumps Over the Wall (佛跳墙 - fo tiao qiang) que es una sopa china con una infinidad de ingredientes que se cuecen durante varios días. Los ingredientes más comunes son las aletas de tiburón, pepinos de mar, taro, brotes de bambú y muchos más. Para beber solo se servía vino y me sorprendió que una de las botellas fuera de origen español. Era una marca sobre la que jamás había oído hablar, y su nombre me pareció extravagante: Vino de Unicornio.
Para mi sorpresa, en Taiwán las bodas suelen empezar al mediodía y se celebran en hoteles y restaurantes. Como regalo se entregan los tradicionales sobres rojos chinos con dinero. La cantidad que se debe meter varía dependiendo de la relación que se tenga con los novios, y obviamente las personas más cercanas son las más generosas. Los amigos pueden quedar bien con menos de cien euros. En el sobre se debe escribir algún buen deseo para el matrimonio como por ejemplo "百年好合" (bai nian hao he) que se podría traducir como "por cien años de felicidad juntos".
Al llegar lo primero que debes hacer es entregar tu sobre rojo. Unas personas, que normalmente son amigos o familia de los novios, se encargan de contar el dinero, apuntar la cantidad y guardarlo. Están en la puerta y son los primeros en recibirte, de manera que el proceso recuerda a pagar la entrada de una discoteca. Pero tiene su razón de ser: si algún día los novios son invitados a una boda deben entregar la misma cantidad que les fue entregada a ellos, o preferiblemente un poco más.
La ceremonia se centra en el banquete y empieza cuando los novios entran en la sala. Cada mesa está designada a un grupo de personas diferente (la nuestra era la de los compañeros de instituto). Poco después de su entrada, los padres de la pareja dieron un pequeño discurso sobre lo contentos y orgullosos que estaban de sus hijos, seguido de un sorteo de una botella de vino. Después pusieron un Power Point con fotos de boda y se sirvió comida. La sala era tan grande y los invitados tantos que yo apenas me enteraba de lo que pasaba.
Toda la comida era para compartir entre los comensales de la mesa, que era giratoria. Se sirvieron una gran variedad de platos, pero aun así tocó una miseria para cada uno. El plato más popular en las bodas son las vieiras secas o ganbei (干貝), pero también tuve la suerte de probar otras delicias como el famoso Buddha Jumps Over the Wall (佛跳墙 - fo tiao qiang) que es una sopa china con una infinidad de ingredientes que se cuecen durante varios días. Los ingredientes más comunes son las aletas de tiburón, pepinos de mar, taro, brotes de bambú y muchos más. Para beber solo se servía vino y me sorprendió que una de las botellas fuera de origen español. Era una marca sobre la que jamás había oído hablar, y su nombre me pareció extravagante: Vino de Unicornio.
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Buddha jumps over ther wall |
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Ganbei |
Todo me pareció extraño: lo único que los novios hacían era desfilar ante los invitados. Esperé que pasara algo más, como que firmaran algún papel como en las bodas por el juzgado, o que de alguna manera se dieran el "sí quiero", pero nada de eso sucedió (ni siquiera hubo ningún beso, aunque no me sorprendió tratándose de taiwaneses). La boda fue sólo sorteos, comida, fotos de los novios, discursos de los padres y poco más. Además de todo esto, había música en directo y una señora que se encargaba de comentar todo lo que pasaba, como si se tratara de un programa de televisión, y hacía comentarios tan innecesarios como "la novia parece una princesa" o "mirad lo contenta que está la madre del novio".
Cuando el banquete está a punto de terminar, todos los invitados hacen un brindis. Curiosamente, alguna gente lo hacía golpeando la mesa con su copa. Me dijeron que se hace así porque la sala es demasiado grande para poder brindar con todos los conocidos, y que de esa manera cuenta como si lo estuvieras haciendo con cada uno. Poco después, los novios brindaron con cada mesa. Y la cosa no acaba aquí: al final del todo, los invitados se sacan una foto con ellos al lado de la puerta, donde te ofrecen caramelos y te despiden. Mucha gente cree que si rechazas el caramelo traerás mala suerte a los recién casados.
Un detalle que llamó mi atención fue el hecho de que invitaran a amigos de instituto y personas con las que no han contactado desde hace años, pero mi novio me aseguró que eso es normal.
Un detalle que llamó mi atención fue el hecho de que invitaran a amigos de instituto y personas con las que no han contactado desde hace años, pero mi novio me aseguró que eso es normal.
En cuanto a la ropa que se debe llevar, me llevé una grata sorpresa al descubrir que nadie iba vestido de gala excepto los familiares más cercanos a los novios. Los demás íbamos con un estilo informal: los chicos con vaqueros y camisa; las chicas con casi cualquier cosa pero sin caer en la vulgaridad.
Según dicen, estas bodas están muy estandarizadas y suelen ser los padres de las parejas los que organizan y controlan todo meticulosamente (incluso deciden a quién invitar, lo que lleva a banquetes llenos de desconocidos para los novios). Así las cosas, parece ser que la boda no se centra solo en los futuros marido y mujer, ya que también es muy importante para sus padres. Supongo que esto dependerá de cada familia, pero por mi experiencia viviendo con los padres de mi novio taiwanés puedo deducir que esta situación es bastante común. El matrimonio es muy importante para todos los taiwaneses, y sé que si el día de mañana decidiera casarme en Taiwán serían mis "suegros" quienes cortasen el bacalao.
Las bodas de estilo tradicional se siguen celebrando, pero son una rareza. Estas celebraciones son más complicadas y tienen una fuerte influencia religiosa, de modo que casi todos las parejas prefieren casarse de una manera más occidentalizada.
En resumen, las bodas taiwanesas no me gustan nada. Me recuerdan a un programa de televisión insulso en el que solo importan las apariencias. Creo que en mi país la gente se casa de una manera más desenfadada e intensa, y además nadie se queda con hambre al terminar.
Al ser yo una mera observadora, he pensado que tal vez las bodas sean mucho más complejas y que probablemente me haya dejado muchas cosas en el tintero, así que si os habéis quedado con ganas de leer un post más completo sobre las bodas de estilo occidental en Taiwán, pinchad aquí.
Según dicen, estas bodas están muy estandarizadas y suelen ser los padres de las parejas los que organizan y controlan todo meticulosamente (incluso deciden a quién invitar, lo que lleva a banquetes llenos de desconocidos para los novios). Así las cosas, parece ser que la boda no se centra solo en los futuros marido y mujer, ya que también es muy importante para sus padres. Supongo que esto dependerá de cada familia, pero por mi experiencia viviendo con los padres de mi novio taiwanés puedo deducir que esta situación es bastante común. El matrimonio es muy importante para todos los taiwaneses, y sé que si el día de mañana decidiera casarme en Taiwán serían mis "suegros" quienes cortasen el bacalao.
Las bodas de estilo tradicional se siguen celebrando, pero son una rareza. Estas celebraciones son más complicadas y tienen una fuerte influencia religiosa, de modo que casi todos las parejas prefieren casarse de una manera más occidentalizada.
En resumen, las bodas taiwanesas no me gustan nada. Me recuerdan a un programa de televisión insulso en el que solo importan las apariencias. Creo que en mi país la gente se casa de una manera más desenfadada e intensa, y además nadie se queda con hambre al terminar.
Al ser yo una mera observadora, he pensado que tal vez las bodas sean mucho más complejas y que probablemente me haya dejado muchas cosas en el tintero, así que si os habéis quedado con ganas de leer un post más completo sobre las bodas de estilo occidental en Taiwán, pinchad aquí.
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