jueves, 29 de enero de 2015

Febrero de 2014: la playa de Shalun y el muelle de Tamsui

En un día de invierno, mi novio y yo decidimos hacer una pequeña excursión a una playa cercana al centro de Tamsui. Su nombre es Shalun (沙崙), y fue un popular centro turístico durante la ocupación japonesa de Taiwán (1895 - 1945), y durante la época de la Ley Marcial se convirtió en un campo de entrenamiento militar. Hoy en día, sin embargo, la entrada está prohibida debido a la contaminación y a la peligrosidad de sus olas (desde su "cierre" en 1999 murieron 30 personas en sus aguas). No obstante, su acceso es fácil: solo hay que cruzar una cinta delimitadora. 

La playa estaba desierta y solo nos acompañaba un fotógrafo con una pareja que estaba posando para sus fotos de boda. No me causó ninguna sensación especial, y no me pareció sucia a pesar de estar contaminada. El día estaba gris y aunque la playa no era una hermosura, pude hacer algunas fotos bonitas. 








A pesar de estar oficialmente cerrada al público, esta playa tenía indicios de ser popular en verano. Hubo algunas cosas que me llamaron la atención, como unas banderas tibetanas que alguien había colgado allí a propósito, unos "billetes misteriosos" o una pila de palos que parecía una cabaña. 







Después de dar un paseo en la playa, nos dirigimos al muelle de Tamsui (conocido como Tamsui's Fisherman Wharf en inglés y como 淡水漁人碼頭 Tamsui yuren matou en chino), que es visitado por muchos turistas en verano. Tras cruzar el Lover's Bridge, un puente blanco popular en las postales, llegamos a una zona de tiendas que estaba bastante muerta, ya que en invierno no parece haber demasiada actividad turística. Aunque mucha gente cree que este sitio es interesante, a mí me pareció un sitio de típico turisteo veraniego sin nada especial. Allí probé por primera vez la sopa de cacahuetes taiwanesa, cuyos ingredientes son agua azucarada servida con cacahuetes y tangyuan (bolitas de arroz glutinoso). 






















Conclusión: aunque no sea una maravilla, la playa de Shalun puede ofrecer vistas bonitas en un día gris. En cuanto al puerto de Tamsui, tal vez sea más interesante en verano, pero de todas maneras no merece demasiado la pena. 

lunes, 26 de enero de 2015

14 de febrero de 2014: el Festival de las Linternas de Pingxi

Pingxi (平溪) es un distrito situado en las afueras de New Taipei Taipei conocido por su Festival de las Linternas (平溪天燈節 Pingxi tiandeng jie), que atrae a cientos de personas cada año desde 1999. El festival dura varios días, pero como está un poco alejado del centro de Taipei solo tuve oportunidad de ir en el último. No me lo quería perder por nada del mundo, y ni la lluvia ni la distancia impidieron que mi novio y yo fuéramos hasta la estación de metro del zoo de Taipei para coger un bus directo a Pingxi. Había buses especiales para llegar, y gente controlando cuántas personas entraban en los autobuses y recogiendo el dinero del billete de autobús en unas urnas, que se pagaba antes de entrar en una cola. 

El trayecto fue un poco largo, ya que Pingxi se encuentra en una zona montañosa. La lluvia no nos dio ninguna tregua y cuando llegamos, a eso de las seis de la tarde, ya era de noche y la calle principal de Pingxi estaba abarrotada de gente. Aunque nos apetecía ir a dar una vuelta y tomar algo de comer, no nos quisimos aventurar entre semejante multitud y nos limitamos a buscar un sitio donde pudiéramos comprar una linterna. 

Las tiendas estaban llenas, pero tras pagar unos cuatro o cinco euros por nuestra linterna conseguimos una esquinita en la que escribir nuestros deseos, como es la tradición. Para mi sorpresa, nos dieron un pincel y tinta negra para escribirlos, y fue un poco difícil para mí (no solo por mi torpeza usando el pincel, sino porque además quise escribir en chino). 





Las linternas están hechas de papel y se pueden comprar de varios colores. Cada uno simboliza una cosa distinta: el naranja la riqueza, el rojo las celebraciones, el blanco la salud y el rosa el amor y la amistad. En el pasado, estas linternas se usaban cuando los pueblos eran atacados por bandidos, ya que la gente se escondía por miedo a los ataques. Cuando las aldeas quedaban limpias de delincuentes, se lanzaban linternas al aire para que los "refugiados" supieran que podían volver a sus casas. 



Tras escribir nuestros deseos cada uno, nos dirigimos a la entrada del festival, y nos extrañó que no hubiera nadie que llevase sus linternas como nosotros. Pronto supimos el motivo: está prohibida la entrada con linternas. Si quieres participar en el festival, tienes que hacer una reserva  y pagar. Muy decepcionados, dimos la vuelta y lanzamos nuestra linterna en las calles de Pingxi, con la ayuda del vendedor que nos la vendió. 





Cuando cruzamos la entrada del festival tuvimos que "pelearnos" con montones de gente para conseguir llegar a las linternas. Había un palco con varios shows que no pudimos ver, ya que solo veíamos gente y paraguas y teníamos una movilidad muy reducida. Por suerte, las linternas se lanzan en varias tandas, y con mucha paciencia entre paraguazo y paraguazo pudimos ver cómo cientos de linternas volaban hacia el cielo. Una de las más grandes tenía forma de corazón, y otra la cara de un oso panda, que el año pasado estaban muy de moda en Taiwán. Si consigues ver algo, puede ser una experiencia realmente emocionante. 








Cuando decidimos volver a casa, cansados del frío, la lluvia, y los paraguas en nuestras caras, pudimos volver a ver las linternas desde otra perspectiva. Estábamos más lejos, pero las vistas eran mejores porque no había gente que nos las tapara. La vuelta no fue mucho más amena que la ida: cuando quisimos subir al autobús nos encontramos con una cola interminable que tuvimos que hacer con mucha paciencia.  


Conclusión: siento lo que en inglés llaman mixed feelings por el Festival de las Linternas de Pingxi. ¿Vale la pena ir a verlo? No lo tengo muy claro, especialmente si llueve. Ver cientos de linternas volar al mismo tiempo es espectacular, pero durante el 90% del tiempo lo único que se pueden ver son cabezas y paraguas. Además, el hecho de no poder participar directamente hizo que me sintiera muy decepcionada. 

domingo, 25 de enero de 2015

Taipei, cuatro de febrero de 2014: El Sun Yat Sen Memorial Hall

El Sun Yat Sen Memorial Hall o Salón Conmemorativo de Sun Yat Sen (國立國父紀念館 Guoli guofu jinian) es un edificio construido en memoria de Sun Yat Sen, un importante político chino que está considerado el "padre" de Taiwán. 



Abierto por primera vez en 1972, el Sun Yat Sen Memorial Hall es un centro educativo y cultural y alberga una exposición sobre la vida de Sun Yat Sen. En su interior se puede visitar una enorme estatua de Sun Yat Sen custodiada por soldados. 





Aparte del edificio, el Sun Yat Sen Memorial Hall también cuenta con un pequeño lago, y cuando fui estaba lleno de familias con niños volando cometas, que por cierto brillaban en la oscuridad. Es uno de los mejores sitios de Taipei para sacar fotos del Taipei 101. 






Cada hora se puede ver el cambio de guardia de los soldados taiwaneses, que se parecen a los del Palacio de Buckingham. Deben permanecer horas de pie sin mover un solo músculo. De hecho, se dice que en verano contratan a una persona que se encarga de limpiar el sudor que se acumula en sus frentes. Cuando yo fui, tuve la oportunidad de ver el cambio de guardia y también fui testigo de cómo los soldados arriaban la bandera de Taiwán. Caminan muy despacio y tienen cada movimiento milimetrado. 





Conclusión: El Sun Yat Sen Memorial Hall es un sitio agradable para dar un paseo y desconectar. Merece la pena ir a dar una vuelta alrededor de su lago y admirar las vistas que ofrece del Taipei 101. 

miércoles, 21 de enero de 2015

El Año Nuevo Chino

Como buena amante de la cultura china, durante mi primer año en Taipei esperaba ansiosa la llegada del Año Nuevo. Mi pequeño sueño era ver las calles de Taipei llenas de leones y dragones con música y petardos. Poco me imaginaba que cuando el Año Nuevo llegase no vería nada de eso. 

Pero dejemos mis expectativas a un lado y empecemos hablando de los orígenes de la celebración del Año Nuevo. 

Cuenta la leyenda que en la Antigua China había un monstruo muy feroz llamado Nian (年, que en chino significa "año"), que en cada víspera de Año Nuevo atacaba una aldea y se comía a las personas. Para evitar desgracias, los aldeanos se refugiaban en las montañas. Un año, un anciano desconocido apareció en el pueblo pidiendo posada en la víspera de Año Nuevo. A pesar de que el anciano aseguraba que sabía cómo detener al monstruo, nadie le creyó, y cuando intentaron convencerlo para refugiarse en las montañas, éste se negó (otras versiones cuentan que una anciana que residía en el pueblo era demasiado mayor para subir la montaña y decidió quedarse en el pueblo). 

Cuando se hizo de noche, el monstruo llegó a la aldea y se encontró con el anciano. Sin embargo, Nian huyó despavorido al ver papel rojo pegado en las puertas de las casas y escuchar el sonido de los petardos que éste había preparado. Más tarde, los aldeanos volvieron al pueblo y su salvador compartió su secreto, de manera que no se volvió a saber nada del monstruo. Así pues, aún a día de hoy es tradicional decorar las puertas de las casas con tiras de papel rojo en las que se escriben buenos deseos para el nuevo año. Además, la gente  echa petardos y cuelga lámparas.  




También es tradicional limpiar las casas a fondo, para empezar el año nuevo con buen pie. Como el Año Nuevo es la fiesta china más importante, casi todos los chinos y taiwaneses viajan para reunirse con su familia y cenar juntos en la víspera, ya que esta fiesta es muy familiar. 

Igual que en España tenemos villancicos de Navidad, en China y Taiwán tienen canciones de Año Nuevo que son incluso más horribles que los villancicos y que se pueden escuchar en los supermercados y centros comerciales taiwaneses más de un mes antes de que sea Año Nuevo.   

 

   
El tema principal de esta canción es la llegada del dios de la riqueza a las casas durante el Año Nuevo. En el vídeo se puede ver cómo los chinos preparan ofrendas y rezan a los dioses, y también mucha decoración tradicional.


Petardos de plástico usados como decoración


La decoración típica se puede ver por todas partes y en las casas no se cambia hasta el año siguiente. Los colores predominantes son el rojo y el amarillo, y los caracteres 福 (fu) y 春 (chun) son muy populares. El primero significa "felicidad" y el segundo "primavera", ya que el origen del Año Nuevo chino está fuertemente ligado a la agricultura y en el pasado marcaba la reanudación de las labores agrícolas y daba la bienvenida a la primavera. De hecho, el Año Nuevo Chino también se conoce como el Festival de Primavera. Como curiosidad añadiré que los caracteres 福 y 春 a menudo se cuelgan del revés, porque haciéndolo se evoca al verbo "llegar", y de esta manera se cree que la primavera y la riqueza llegarán. 


 
Caracter fu del revés
Caracter fu








Es frecuente también ver decoración relacionada con el animal del nuevo año. En el 2014 este animal fue el caballo, y en el 18 de febrero del 2015 será la cabra (las fechas varían cada año de acuerdo con el calendario lunar chino). Estos animales forman parte de los doce que componen el zodiaco chino: el cerdo, la cabra, la serpiente, el dragón, el caballo, el conejo, el perro, el ratón, el tigre, el buey, el mono, y el gallo. Según la leyenda, cuando Buda estaba en su lecho de muerte pidió a todos los animales que fueran a visitarlo, pero solo los doce mencionados anteriormente acudieron. Como recompensa, Buda les concedió ser los animales del zodiaco. Otra leyenda cuenta que los animales tuvieron que competir cruzando un río a nado. Algunos chinos y taiwaneses creen que las personas tienen las características de los animales del año en el que nacen, lo que provoca un baby boom en cada año del dragón






Los pequeños regalos son otra parte importante del Año Nuevo. Los niños y jóvenes reciben los hong bao (紅包), sobres rojos con algo de dinero, mientras que los adultos intercambian lo que equivaldría a las cestas navideñas típicas de España. Son unas cajas que se venden en todos los supermercados y tiendas de conveniencia. Las hay de galletas, gelatina, chocolate, dulces y hasta palomitas. Normalmente, en estas fechas los jefes regalan a sus empleados una de estas cajas y los invitan a cenar. Esta cena se llama Weiya (尾牙en chino y dependiendo de lo grande que sea la compañía la cena puede ser más o menos ostentosa. Algunas incluyen shows y sorteos. Además, los jefes también suelen dar un paga extra por Año Nuevo, cuya celebración dura varios días, por lo que hay varios días de vacaciones. 





En cuanto a la comida de Año Nuevo, existe una infinidad de snacks que nunca he probado, excepto uno: el nian gao (年糕), que es un tipo de mochi (en otras palabras, pasta de arroz) que se toma con chocolate, leche condensada, caramelo, etc. Se puede encontrar en algunos puestos callejeros o en night markets de Taipei. Es muy chicloso y está delicioso. Según me contó mi novio, otra de las maneras eficaces de espantar al monstruo Nian es comiendo este "pastel".

Tradicionalmente, el Año Nuevo se felicita diciendo 恭喜,恭喜!(gongxi, gongxi!), que significa "¡Felicidades!", pero hoy en día está pasado de moda y la gente se limita a decir 新年快樂!(xin nian kuaile!), que significa "feliz año nuevo". 


Por otro lado, os preguntaréis cual fue mi experiencia de Año Nuevo Chino en Taipei. Pues para mí el Año Nuevo se resumió en esto:

1. Gente echando petardos por todas partes a todas horas del día

2. Algunas ferias de Año Nuevo en Taipei 




3. Decoración de Año Nuevo por todas partes





Caballo hecho de flores en el Mercado de las Flores de Taipei


4. En el día de Año Nuevo, había mareas de gente rezando en los templos más populares. Me acerqué con mi familia a varios de ellos con la esperanza de ver alguna danza del dragón, pero nos quedamos con las ganas. 





Por último, debo mencionar uno de los sitios más visitados en Taipei durante Año Nuevo y la víspera es la calle de Dihua (迪化街), que tiene un mercado de Año Nuevo muy popular. Yo aún no he tenido la oportunidad de visitarla, pero parece muy interesante

sábado, 17 de enero de 2015

29 de enero de 2014: Maokong y el templo de Zhinan

Tras haber visitado Guandu y Hongludi, tan solo me quedaba un templo por descubrir en Taipei y alrededores: el templo de Zhinan (指南宮  Zhinan gong), cuyo acceso más práctico es a través del Maokong Gondola (貓空纜車 Maokong lanche), un teleférico situado en las afueras de Taipei. Como mi familia había venido visitarme y el tiempo era bueno, me pareció que una visita al templo y una vuelta en el teleférico sería una buena manera de pasar el tiempo.

El Maokong Gondola tiene cuatro paradas, entre ellas las del zoo de Taipei y la del templo de Zhinan. Su precio depende de cuántas quieras cubrir. En los fines de semana puede haber colas bastante largas para entrar y, si vas muy tarde, tal vez te quedes con las ganas (lo sé por experiencia), aunque no cierra de noche. Cuando ya casi estás en la fila, puedes elegir si quieres embarcar en cabinas estándar o en las "Eyes of Maokong Gondola", que son 100% de cristal y cuya cola es diferente. Hay personas que se encargan de sentarte, ya que hay límites de peso y solo pueden ir cinco personas en cada cabina, (la nuestra, por cierto, se movía mucho). A mí me imponen bastante, aunque las vistas de las de cristal no son demasiado espectaculares: lo único que puedes ver son árboles y algunas casas. Cuando fuimos estaban decoradas de Hello Kitty. 


Vistas del suelo transparente de una cabina de cristal



Pero Maokong es mucho más que el zoo, el teleférico y el templo de Zhinan, ya que cuenta con numerosas casas de té. Esto no es sorprendente, pues en el pasado era una próspera zona llena de plantaciones  de  té Oolong (烏龍茶 Wulong cha), y aún lo sigue siendo, pero en menor medida. No visité esta parte de Maokong, pero es algo que no descarto en el futuro. 

Después de disfrutar de las vistas de Taipei desde el teleférico, llegamos al templo. Por el camino, una señora muy amable se ofreció a sacarnos una foto a mí y a mi familia y nos preguntó de dónde éramos. Lo primero que vimos del templo fueron estos árboles decorados de esta manera tan bonita y tradicional.



Cuando aún estábamos en el teleférico, un matrimonio taiwanés que se sentó con nosotros nos contó que alguna gente cree que las parejas que visitan este templo juntas están destinadas al fracaso. Más tarde, averigüé el motivo de esta superstición en Internet. El patrón de este templo se llama Lü Dongpin y es uno de los Ocho Inmortales del taoísmo. Como tiene fama de ser un mujeriego empedernido, se cree que las mujeres que visitan el templo con su pareja serán seducidas por él. Otra versión cuenta que Lü Dongpin simplemente utiliza sus poderes para que las parejas rompan porque siente celos y resentimiento al haber sido rechazado por la diosa He Xiangu

El templo, que es taoísta y también se conoce como Xiangong miao, (仙公廟, "el templo del dios") fue fundado en 1882, pero cada uno de sus edificios fueron construidos en años diferentes. Cuando estuve allí no tenía ni idea, y solo visité el más famoso y accesible, que se llama Lingxiao (凌霄). Había muy poca gente, sin embargo, por primera vez desde que había llegado a Taiwán me encontré con una vendedora pesada que se empeñó en venderme una medallita de plástico con el dibujo de un dios. Insistía en que la comprase poniéndomela en la mano y diciéndome que para bendecirla tenía que balancearla sobre el incensario del templo. Yo estaba muy confusa, y para hacerlo peor la señora se negó a hablar en chino y me dio la tabarra en taiwanés. Quería que le pagase 100 NTD por la medalla, que equivalen a unos 2,50 euros. Nos siguió e insistió muchísimo sin importarle que la rechazáramos. Por otro lado, el resto de la gente que nos encontramos fue bastante hospitalaria, de hecho, nos felicitaron el Año Nuevo chino y nos invitaron a tomar té. Éramos los únicos turistas y, además, europeos, así que llamábamos un poco la atención. 












Las vistas de Taipei que se pueden disfrutar desde el templo ponen la guinda en el pastel.





Conclusión: Maokong es un buen sitio para pasar una tarde entretenida, explorar un templo precioso y disfrutar de unas vistas geniales de Taipei. ¡Muy recomendable!