domingo, 28 de enero de 2018

Taipei City Mall: el área comercial más variopinta de Taipei

Taipei City Mall (台北地下街) es una calle subterránea ideal para hacer compras en días lluviosos. Se puede acceder a ella a través de la Taipei Main Station o Beimen MRT Station, y aunque se trata de una calle grande yo solo voy a tratar el área Y o Y qu1.

Mi primera impresión de este sitio no fue muy profunda. Visité por primera vez hace ya más de un año, antes de mi vuelta a Galicia por Navidad, porque se me había antojado un qipao por Fin de Año. Muy pocas tiendas los venden, pero Taipei City Mall cuenta con al menos tres. Por aquel entonces me pareció que Taipei City Mall dejaba mucho que desear en comparación con los glamurosos centros comerciales que abundan en la ciudad. Creí que era un sitio viejo con ambiente de mercadillo vulgar y en seguida perdí interés.



Unos meses después, cuando buscaba tiendas de productos sudasiáticos, terminé aquí otra vez, aproveché para explorar la calle entera y me llevé una grata sorpresa. Aparte de EEC, la tienda de productos sudasiáticos por antonomasia que recomiendo a todo el mundo, en la Taipei City Mall encontraréis máquinas caza muñecos, mini centros recreativos, tiendas de figurillas de los manga de moda, hileras interminables de capsule toys, tiendas de ropa barata, tiendas de regalo con sobrecarga kawaii, adivinos o lo que en mandarín se conoce como 算命 suan4 ming4, un establecimiento que ofrece masajes con cuchillos, una tienda de productos tibetanos, tiendas de qipao y demás ropa tradicional, y hasta un pequeño maiden café.










Aquí se concentran los fans del manga de Taipei, y de hecho a menudo se organizan eventos relacionados con manga. Durante los fines de semana, este sitio se llena de familias con niños, parejas de compras y,  sobre todo,  indonesios. Mi amiga indonesia me explicó que durante los fines de semana muchos indonesios que viven en distintas ciudades de Taiwán se reúnen en la Taipei Main Station, tal vez por eso los restaurantes indonesios se concentren en esta zona.  





Precisamente, para mí lo que hace a Taipei City Mall un sitio especial son los restaurantes indonesios del fondo, en el área Y26. Aquí no solo se pueden encontrar platos indonesios auténticos, además también se vende gran variedad de gorengan, o snacks fritos, y postres típicos indonesios (los postres solo están a la venta los fines de semana). En total hay tres o cuatro restaurantes, pero yo de momento solo he probado Indo Arema, que siempre está lleno de clientes indonesios, especialmente los fines de semana. De todas maneras, todos tienen buena reputación, y una amiga indonesia me aseguró que la comida es muy auténtica. Yo me acerco todos los fines de semana para al menos comprar algún postre o pequeño snack, hay muchísimos entre los que escoger y todos son siempre deliciosos. Los dueños de los establecimientos hablan chino o inglés, aunque en alguna ocasión di con alguno que solo sabía indonesio. No es de extrañar: rara vez tratan con clientes de otra nacionalidad. En una entrada futura explicaré con más detalle los platos y postres de estos restaurantes.





En Taipei City Mall conviven una mezcla de tradición (las tiendas de ropa tradicional, los adivinos, etc.) y modernidad (el centro recreativo, el maiden café, etc.) única en la ciudad, y recuerda, en parte, a Ikebukuro en Tokio por su gran variedad de tiendas de figurillas manga. Por cierto: ahora da la casualidad de que vivo muy cerquita, así que si os apetece ir pero vuestros amigos no muestran interés, podéis poneros en contacto conmigo. No os perdáis esta pequeña área comercial, hay tiendas para todos los gustos, ¡os sorprenderá!





Nota a los lectores IV

Queridos lectores: 


Hoy me he dado cuenta de que tengo algunos comentarios de hace literalmente AÑOS sin contestar. Blogger no envía notificaciones cuando alguien comenta, así que he pensado en daros mi dirección de correo electrónico por si necesitáis poneros en contacto conmigo (spunkasiouxsie@gmail.com). Si estáis planeando un viaje a Taipei y no sabéis por dónde empezar, os apetece estudiar chino en la NTNU pero la información online es insuficiente, o si ya habéis empezado la vida en Taiwan y os sentís solos o agobiados como yo misma en su día, a mí me encantaría echar una mano. No dudéis en contactarme si necesitáis ayuda en Taiwán. Seguro que nadie os entenderá mejor que yo. También me podéis mensajear por Instagram https://www.instagram.com/litttlepinetree/

Competitividad en la NTNU: mi experiencia

Mi primer cuatrimestre en la NTNU por fin ha terminado y estoy inmersa en unas largas y tediosas vacaciones de Año Nuevo Chino. En las dos útimas semanas de clase experimenté una extraña mezcla de sensaciones: por un lado, estaba deseando que todo terminase de una santa vez y poder vivir como las personas normales. Por el otro, la llegada de las inevitables vacaciones me atormentaba: no solo porque me apasione ir a clase, sino porque era consciente de que todas mis amigas más cercanas volverían a sus países y yo me iba a quedar más sola que la una. Precisamente acabo de despedir a la última en el aeropuerto. 

Como ahora tengo tiempo de sobra que perder, he hecho una balanza de mis cuatro meses en la universidad y he llegado a la conclusión de que probablemente hayan sido los más locos de mi vida. No porque me haya pasado el rato saliendo como si no hubiera mañana (¡ojalá!), sino porque en mi afán de ser buena alumna he perdido por completo la cabeza.

Empecemos por el principio. Como seguramente haya dejado caer en alguna ocasión, yo nunca he sido una persona competitiva. Antes de Taiwán, mi máxima aspiración en la vida era graduarme, conformarme con un trabajillo cutre y, si acaso se presentase la oportunidad, hacer un pequeño viaje a Asia cuando rondase los treinta. Ahora mi punto de vista ha dado un giro de 180 grados y quiero algo grande, sé que tengo un potencial que no debo desperdiciar. Pero estudiar en la NTNU es CARO, y cuando solo llevaba un mes de curso se me ocurrió la genial idea de alquilar un apartamento sola en el centro de Taipei, que se convirtió en una gran carga económica. Así que dependo de la beca de la NTNU para salir adelante, pero en el segundo año se concede a muy pocas personas (tal vez cuatro o cinco), y los profesores, obviamente, favorecen a los alumnos con mejores notas.

Por eso decidí que yo iba a ser la mejor y me volqué en los estudios al 100%. Progresivamente, se convirtió en una obsesión enfermiza: en cuanto salía de clase empezaba a hacer deberes y a estudiar en el metro, y a veces incluso los empezaba en el descanso para comer o en los descansos entre clases. Llegaba a casa a eso de las nueve y continuaba. Siempre intentaba entregar todo antes de tiempo y si me era posible hacía ración doble. En época de exámenes, repasaba el día entero y no me permitía salir de casa bajo ningún concepto, estudiaba una media de doce horas al día para asegurarme de que memorizaba todo tal cual los libros, pues ya os podréis imaginar que en chino es muy fácil cometer errores. Mi vida se convirtió en un ir y venir constante y siempre estaba alterada. Si tenía algo mal en los deberes, en seguida me venía abajo, y sacar menos de un nueve en un examen era una vergüenza imperdonable. Fui mucho más dura conmigo misma de lo que fueron los profesores, y mis esfuerzos nunca me parecían suficientes. Las escasas veces que me permitía el lujo de salir de casa hacían que me sintiese un ser abominablemente negligente.

También en esta etapa, descubrí que no solo existen conductores agresivos, sino también peatones agresivos, y por supuesto, yo soy uno de ellos. Cualquier cosa que no tuviera relación con las notas era una absurda pérdida de tiempo y tenía una agenda ridículamente apretada, así que iba por la calle como loca y si me cuadraba en sitios con mucha gente o personas lentas delante, perdía los estribos. Perder el metro también se convirtió en una derrota inaceptable, y esperar por los semáforos me ponía literalmente ansiosa. De hecho, precisamente durante estos meses he desarrollado un comportamiento ansioso, y cuando se me acumula mucho estrés noto que mi corazón va a cien por hora y también tengo dolores esporádicos en el pecho, propios de los ansiosos.

Pero, ¿cómo de terrible es la competitividad en mi grado? Os contaré el ejemplo más rotundo. Hace un par de meses tuve un control de la asignatura más difícil que tenemos en primero: Integrated Chinese. Saqué un 99 en ese examen porque se me olvidó poner un puntito, y lejos de estar contenta por la nota me sentí muy decepcionada conmigo misma. Pero la cosa no acaba aquí: mi compañera vietnamita me superó con creces sacando no un cien, sino un 110, pues contestó una pregunta extra para añadir puntos que nadie sabía porque no entraba en la materia. Y este es mi día a día en la NTNU: por mucho que me esfuerce, siempre hay un vietnamita que me supera. No logro entender su capacidad inhumana para saberlo todo. La última semana de clase mi nivel de estrés alcanzó cuotas tan delirantes que tuve pequeñas discusiones con todos los profesores porque creía que mis notas no eran suficientemente altas, y di las vacaciones con un mal sabor de boca por culpa de mi actitud. Se me fue completamente de las manos.

Ahora que ya han terminado los exámenes no me siento realmente satisfecha con los resultados (en dos asignaturas ni siquiera llegué a una media de nueve). Considero que hice esfuerzos en vano, y aunque no estoy dispuesta a tirar la toalla sí considero necesario tomar las cosas con más calma. Concienciarme de que la falta de beca no es el fin del mundo, pensar en positivo y aprovechar las ofertas de empleo abundantes de Taipei son mis nuevas metas para el cuatrimestre que viene, porque el papel de chica diez me viene grande y por momentos siento que está afectando a mi salud. En resumen, debo adoptar la filosofía de Dennis Brown y dejar de verlo todo blanco o negro, aceptar las cosas como vienen, buscar soluciones a los problemas y abandonar mi actitud derrotista y competitividad exacerbada.