sábado, 31 de mayo de 2014

Taipei, 27 de septiembre de 2013: la Ceremonia de Confucio

La Ceremonia de Confucio se celebra todos los años cada 28 de septiembre para celebrar el cumpleaños de Confucio, así como para honrar a otros sabios confucianos y a sus discípulos más destacados. Este día coincide con el Día del Profesor, y esto no es casualidad ya que en China y en Taiwán Confucio se considera el sabio supremo y el mejor profesor de todos los tiempos. La ceremonia original es en el templo de Confucio de Taipei a las seis de la mañana, pero unos días antes se hacen ensayos a horas más decentes. Estos ensayos son totalmente fieles a la versión real y además también están abiertos al público. Yo fui invitada por mi colegio.

Antes de llegar al templo de Confucio los profesores nos llevaron a ver un templo zen japonés de la época de la ocupación japonesa de Taiwán (1895 – 1945). Su nombre es Rinzai y es único en Taipei. Es muy sobrio en comparación con los demás templos y está hecho totalmente de madera. Aunque sea un templo humilde, es precioso. En sus alrededores también estaban preparando una celebración con mucha comida.




Después de merodear por este templo y por el de Baoan, nos dirigimos al templo de Confucio, cuyo aspecto es diferente del de los demás templos de Taipei. Su ornamentación es bastante sobria porque Confucio era una persona sencilla y por lo tanto se considera que los templos dedicados a él también deben serlo.

Como la ceremonia es muy antigua y solemne, también es lenta y repetitiva, y a mí me recordó a una misa larga. Dura mucho y llega un momento en el que pierdes la noción del tiempo. Además, tienes que estar de pie y ponerte de puntillas para poder ver realmente bien. Aun así, yo creo que vale la pena verla.



En el año 2013 se celebró el cumpleaños 2563 de Confucio. Aunque se trate de un cumpleaños, en realidad es una celebración bastante mística. En ella participan estudiantes jóvenes vestidos de rojo o amarillo, aunque también hay un par de adultos. Uno de ellos es un señor que se encarga de anunciar los pasos de la ceremonia. Los estudiantes vestidos de rojo se encargan de tocar los instrumentos, mientras que los de amarillo realizan danzas muy lentas y solemnes mientras sostienen una pluma y una flauta, que se ofrecen de manera simbólica a Confucio. Dicen que en la Antigua China se creía que esta pluma era el regalo más bonito que le podían ofrecer a Confucio, pero también he leído que representa integridad, mientras que la flauta representa la balanza. Los participantes deben hacer una pausa por cada cinco pasos que den.




La ceremonia empieza con el sonido de un tambor, que está al lado de la puerta del templo. Al otro lado de la puerta hay una campana. Uno de sus pasos más importantes es el de abrir las puertas del templo para permitir que el espíritu de Confucio entre. El número de bailarines depende del rango de la persona a la que se dedique la danza, que se llama Ba yi (danza de filas) y se ha practicado durante siglos para mostrar respeto por personas importantes. En el caso de Confucio, el número de bailarines es el máximo, o sea, ocho filas de bailarines (64 personas en total). Otro momento importante de esta ceremonia es el de la participación del presidente de Taiwán, que va al templo a ofrecer incienso durante la ceremonia.




La ceremonia real concluye ofreciendo al público unos pasteles de sabiduría que yo no tuve la suerte de probar. Algunos taiwaneses creen que estos pasteles podrían traer buena suerte en los estudios. Si os interesa saber más y haceros una idea del ambiente solemne que hay este día en el templo, os recomiendo este vídeo, que explica bastante bien los momentos más importantes de la ceremonia: https://www.youtube.com/watch?v=qUKmUFJAPtM 

viernes, 30 de mayo de 2014

New Taipei City, 23 de septiembre de 2013: Tamsui

Tamsui es un pequeño distrito pesquero de New Taipei City conocido por sus puestas de sol y paseo junto al río. Está a unos 45 minutos en metro del centro de Taipei y en el pasado estuvo colonizado por españoles. 



Aunque como destino turístico es atractivo, debo decir que las vistas de su paseo junto al río están muy sobrevaloradas, especialmente desde el punto de vista de una gallega que pasó toda su vida en las Rías Baixas. Entonces, ¿qué vale la pena ver en Tamsui? 

Tamsui tiene una pequeña calle antigua bastante bulliciosa que se ha convertido en una especie de mini night market en el que se venden cosas de comer interesantes y se pueden comprar regalos y postales bonitos a un precio aceptable. A mí las tiendas que más me gustan son las que tienen dulces antiguos y tradicionales, ya que muchos de ellos no se venden en los supermercados. Yo compré tiras de pescado seco porque su color rojo me recordaba a algunas chucherías españolas, pero su sabor es horrible y no me atreví a darles un segundo bocado. También había fruta seca (cuyo sabor también es horrible), chucherías retro, bollos de pan con sabores extraños (por ejemplo, calabaza o queso), helados gigantes por menos de 50 céntimos de euro, decoración tradicional y todo tipo de cosas monas e interesantes que os podáis imaginar.




Tiras de pescado seco
Fruta seca
Fruta seca
Bollo de pan con queso

Koinobori japonés


En cuanto a la comida, Tamsui tiene su propio plato tradicional, el a-gei, (阿給) que se compone de tofu relleno de fideos celofán (fideos chinos transparentes). Además del a-gei, otra comida típica de Tamsui son los tie dan (鉄蛋), unos huevos de color negro sobre los que ya hablé en una entrada  anterior

A-gei
Huevos negros

Aparte de la comida propia de Tamsui, en la calle antigua también se pueden probar otras cosas interesantes, como el perrito caliente taiwanés, cuyo pan a veces lleva patatas incrustadas y que a mí me parece el invento perfecto (además de estar buenísimo), o la fruta caramelizada que se vende como si fuera un pincho moruno. Además de estas cosas, se puede comprar todo tipo de nougat: de taro, de chocolate, de fresa, de pétalos de rosa, de té verde, de sésamo, etc.

Perrito caliente taiwanés
Perrito caliente taiwanés
Tomates con caramelo


En cuanto a las bebidas, hay algunos puestos de té con señoras que invitan a los clientes potenciales a probar sus productos. A mí me ofrecieron un té picante. Otra bebida interesante es el zumo de bambú, que además se prepara triturando el bambú delante de los clientes. Aunque no está mal, es demasiado dulce para mi gusto.




Otro motivo por el que vale la pena hacer una escapada a Tamsui es que es uno de los pocos sitios en los que se puede dar un paseo tranquilo al río, y esa experiencia es imposible en Taipei. El paseo está oscuro y lleno de parejitas, y en él se pueden apreciar las vistas de los edificios de la ciudad de noche, aunque no hay una sola estrella en el cielo por culpa de la contaminación.

En resumen, puedo decir que aunque el centro de Tamsui sea pequeño vale la pena ir y relajarse caminando junto al río después de hacer algunas compras. En sus tiendas y puestos callejeros te encontrarás el tipo de cosas que esperarías ver en Taiwán. 

jueves, 29 de mayo de 2014

Taipei, 22 de septiembre de 2013: comprando chucherías

Una cosa que me quedó clara casi de inmediato en Taipei es que las chucherías son caras porque casi todas se importan de Japón. Eso sí, sus bolsas son súper kawaii. Tanto, que ya he comprado unas cuantas porque me gustaba el dibujo, y me dedico a coleccionarlas porque no soy capaz de tirarlas. Aunque las chucherías japonesas para los taiwaneses no son nada especial y se pueden encontrar en cualquier supermercado, la primera vez que yo las compré fue en un supermercado japonés que se llama Matsusei. Estas son las cuatro cositas que compré:

1. Kompeito: son unas bolitas de azúcar pequeñas que llegaron a Japón gracias a los europeos. Me recordaron al carbón español, tanto por su dureza como por su sabor. Aunque en Taiwán sea fácil encontrarlas, mis compañeros de clase japoneses me dijeron que en Japón ahora no se venden mucho y que son un dulce tradicional.

2. Mini helados de caramelo: son japoneses y los hay de fresa, chocolate y vainilla.



3. Patatas fritas taiwanesas: al igual que en España, en Taiwán hay muchos snacks de este estilo, aunque con sabores bastante raros. Como no me decidía por ninguno, escogí este con esta bolsa tan especial. El sabor no es nada del otro mundo, pero no saben mal y además son baratos, no llegan a 50 céntimos de euro.



4. Torotto: Son unos bloques pequeños de chocolate. Por fuera su textura es como la de una especie de brownie y por dentro tienen una crema parecida a la del Kinder Bueno. Como todo producto japonés que se precie, vienen en un paquete muy pequeño y cutre, pero al menos están bastante ricos. 



5. Chocolates: me compré una tableta de chocolate barata que me supo a plástico, pero también compré el clásico Kinder Bueno. Dicen que la Coca Cola sabe diferente en cada país, pero no es así con las barritas de chocolate Kinder. En Taiwán saben exactamente igual que en España. 

martes, 27 de mayo de 2014

Taipei, 21 de septiembre: un pequeño acercamiento a las pastelerías taiwanesas

Cuando llegué a Taipei pronto cogí la costumbre de comprar mi desayuno en pastelerías, aunque ahora sepa que los taiwaneses no suelen a hacer eso, ya que prefieren ir a una especie de restaurantes en los que sirven desayunos. Taiwán tiene algunas pastelerías que son famosas por su buena calidad, y aunque yo no fuera consciente de ello estuve en una de ellas. En realidad, este sitio me atrajo porque sus productos tenían los nombres e ingredientes escritos en inglés, y al menos podía saber lo que estaba comprando y evitar jugar a las adivinanzas. Estas son algunas de las cosas que me encontré allí:

1. 沙琪瑪 (Shaqima): Un taiwanés me lo describió como una especie de equivalente taiwanés de los cereales europeos, sin embargo parece ser que es una especie de pastel chino. Se supone que es dulce, y de hecho lleva azúcar, pero a mí me supo a cereales quemados. No lo recomendaría.  



2. 熱狗麵包 (Regou mianbao): su nombre significa, literalmente, "perrito caliente con pan" (valga la redundancia). La verdad es que no tiene mucha ciencia: es pan con una salchicha por el medio. No se toma caliente, y es común en todas las pastelerías taiwanesas. Está rico, pero tampoco para echar cohetes.



3. Pan con queso: aunque su forma sea extraña, es solo pan con trocitos pequeños  de queso y otras cosas que si no recuerdo mal eran frutos secos. Su sabor no es especialmente bueno, y la presencia del queso es casi imperceptible. 




4. Corbatas: de todas las cosas que me podría haber encontrado en una pastelería taiwanesa, la que menos me esperaba encontrar era esta. Las corbatas son difíciles de encontrar incluso en las pastelerías gallegas, y de repente me las encontré en Taipei (eso sí, catalogadas como producto italiano para hacerlas más interesantes). Su sabor era exactamente el mismo que el original, aunque su precio las hacía menos apetecibles.



En conclusión, puedo decir que en las pastelerías taiwanesas es mejor olvidarse de encontrar cualquier cosa que recuerde a España, (incluyendo algo tan simple como una barra de pan) con excepciones muy contadas. Hablaré de las pastelerías taiwanesas con más detalle en alguna de mis próximas entradas.

Y ya que estamos hablando de comida, os comentaré que en ese mismo día también tuve un pequeño acercamiento a algunos productos japoneses en una tienda de Taipei que se llama Japan Medical. Aunque el nombre suene a farmacia, (y de hecho es una tienda que vende medicamentos japoneses) en esta tienda venden dulces y snacks también, y no pude evitar entrar a echar un vistazo, aunque mis compras no fueron muy acertadas.

Primero, compré estas galletas de chocolate, que eran una de las pocas cosas con un precio aceptable. En realidad no tienen mucho sabor y parecen de plástico.



Después, me decanté por esta especie de Chasquis japoneses, que tampoco resultaron ser nada especial y cuyo sabor no se parece al de los Chasquis.





Por último, compré estos snacks porque el dibujo de su bolsa me intrigó, aunque al final su contenido no me gustó demasiado y resultó ser muy raro. Es una especie de gusanitos dulces pero de sabor tostado o ahumado al mismo tiempo. 





lunes, 26 de mayo de 2014

Taipei, 19 de septiembre de 2013: el Festival de la Luna

El Festival de la Luna se celebra tanto en Taiwán como en China y su fecha varía cada año según el calendario lunar chino, pero suele caer en los días de luna llena de septiembre. En origen se celebraba para agradecer el éxito de las cosechas y adorar a la luna. 

Hoy en día, sin embargo, este festival consiste en hacer barbacoa con la familia o los amigos y contemplar la luna. Como es un día festivo, mucha gente se desplaza para volver a su lugar de origen y reunirse con su familia. La de la barbacoa es una costumbre moderna cuyo origen es incierto, pero hay quien dice que solo es una estrategia comercial y una americanada.

Existe una leyenda relacionada con esta celebración. Aunque tiene varias versiones, yo compartiré la que me contaron en mi escuela. Su protagonista es un arquero llamado Houyi que se convirtió en rey porque utilizó su arco para destruir nueve de los diez soles que habían aparecido en el cielo y que estaban causando desastres en la tierra. Sin embargo, tras convertirse en rey se obsesionó con ir de caza y descuidó tanto a su reino como a su mujer. Un día, decidió ofrecer una recompensa para la persona que le pudiese ofrecer algún remedio para conseguir la inmortalidad. Cuando la consiguió, la guardó y continuó su rutina de caza en el bosque. Sin embargo, su mujer, enfadada por el abandono al que estaba sometida, decidió beberse toda la poción a escondidas de su marido, y el efecto de ésta fue tan grande que voló hasta que aterrizó en la luna. Otras versiones cuentan que alguien intentó robar la poción o que Houyi era un tirano y su mujer bebió la poción para salvar el país. Su mujer se llamaba Chang ‘e (嫦娥) y se convirtió en la diosa de la luna, a la que se le hacen ofrendas en este festival.

Algo que no puede faltar en este festival son los pasteles de luna, que proceden de China. Son unos pasteles redondos que tienen varios rellenos, como yema de huevo, judías rojas o pasta de semillas de loto. Algunos están decorados con caracteres o dibujos relacionados con la luna. Su sabor es muy dulce, y me recordó un poco al de los polvorones. Es fácil aburrirse de ellos porque empachan muy rápido y son demasiado empalagosos. Aparte de los pasteles de luna, durante el día del festival también se comen muchos pomelos.






El día de este festival coincide con el cumpleaños de un dios chino bastante conocido, Yuelao (月老), que se supone que vive debajo de la luna y se encarga de decidir sobre el matrimonio y predestinar a las parejas. Así pues, este día es bueno para ir al templo de Yuelao y pedirle ayuda en los asuntos amorosos.

A pesar de que fuese un día festivo, en Taipei muchas tiendas estuvieron abiertas y no percibí una gran diferencia con respecto a los días no festivos. Me hizo gracia ver a los taiwaneses haciendo barbacoa en medio de la calle, en las puertas de los negocios que estaban abiertos, preparando barbacoas sentados en sillas y taburetes de plástico con toda la naturalidad del mundo.



viernes, 23 de mayo de 2014

Taipei, 22 de septiembre de 2013: el templo de Xingtian (行天宮)

El domingo en que cumplí un mes en Taipei decidí visitar otro de sus templos famosos, el templo de Xingtian (行天宮). Es un templo bastante nuevo, de hecho lo construyeron en la década de los sesenta.

Aunque mis expectativas no eran muy altas, me encontré con un edificio imponente en comparación con los demás, ya que se puede ver desde lejos. Me esperaba que fuese feo por el color gris de su fachada, pero me gustó aunque fuera bastante sobrio en comparación con los templos que visité antes.




Puesto que cuando fui era domingo, había bastante gente. Por no variar, yo era prácticamente la única occidental que merodeaba por allí y me sentía como si estuviera invadiendo la paz del templo con mi cámara. Imaginaos que vais a una misa y en vez de participar, estar quietos y callados os ponéis a sacar fotos a diestro y siniestro. Es muy poco respetuoso, ¿verdad? Pues así me sentí yo en Xingtian. 

La decoración de la fachada y las puertas del templo no eran nada fuera de lo normal, (como ya dije es bastante sobria, aunque por supuesto no faltaban los dragones) así que no me detendré a describirlas. Lo interesante estaba dentro, donde había varias colas largas de gente de todas las edades (aunque predominaba la gente mayor) que esperaban a que unas mujeres vestidas de azul los bendijesen a ellos o a algunos objetos (por ejemplo, prendas de bebé) con incienso. La explanada para las bendiciones (inexistente en los demás templos que visité en Taipei) estaba cubierta y además tenía ventiladores. En medio de las colas había mesas en las que la gente dejaba sus ofrendas, y esta imagen me recordó más a un mercado que a un templo, aunque no por eso estoy insinuando que realmente lo sea.







Aunque el templo sea grande, solo tiene tres altares que están juntos y a los que no te puedes acercar mucho porque no se pueden subir las escaleras que conducen a ellos. La deidad principal del templo se llama Guan Yu, (關羽) y es un general de la antigua China que pertenece a la época de los Tres Reinos (siglo III d.C.) y que pasó a la historia por su lealtad y valentía en la guerra. Se lo representa con la cara roja porque según dicen ese era su aspecto en la vida real. Detrás de su estatua, pintado en la pared, hay un dragón con ojos muy grandes y abiertos de un color rojo brillante.

Los tres altares 
El dios de la guerra, Guan Yu (關羽) 

Aparte de los dioses, si algo se puede ver en este templo es devoción. Había muchísima gente rezando y ofreciendo incienso, aunque no había nadie haciendo ofrendas de quemar dinero, que es una práctica muy común tanto en los templos como en las calles de Taiwán. He oído que en Xingtian está prohibido.



Además de las señoras que dan bendiciones, también hay un edificio en el que puedes consultar a un adivino.

Por último, también hay dos estanques pequeños, uno a cada lado del templo. Dentro hay carpas enormes, pero aparte de eso, estos estanques no tienen nada de especial. 





En conclusión, aunque el templo de Xingtian no se puede comparar con los de Longshan (龍山寺) y Baoan (保安宮), vale la pena echarle un vistazo.