Puesto
que tengo demasiado tiempo libre, hoy decidí ir a dar una vuelta y buscar algún
sitio interesante para visitar. Tenía muchas ganas de ir a algún templo para
pedirle ayuda a los dioses, porque en Taipéi está claro que la necesito.
Así
pues, salí de mi hotel sin rumbo fijo y de casualidad llegué al Mercado de Jade.
Está cubierto y se sitúa en una zona que se llama Jianguo. Al contrario de lo
que esperaba, estaba lleno de locales, y yo destacaba un poco, aunque
no tanto como en España, supongo que porque los taiwaneses son más discretos que los españoles. Había muchas joyas, entre ellas malas (los malas son unas pulseras o collares budistas), y también algunas cosas que no estaban
hechas de jade, como por ejemplo unos malas que tenían olor y que estaban
hechos de un material que procedía de Vietnam. Me sorprendió lo enormes que
eran, pero ya he visto a bastante gente que los lleva, especialmente gente
mayor. Supongo que al contrario que en Europa los llevarán por religión y no por
moda. También había muchas figuras de los dioses, como Guanyin, y, por
supuesto, budas, algunos de ellos enormes. Aparte de todo eso, también vendían
jarritas de té que parecían hechas a mano.
El
mercado de jade me gustó, pero fue el de las flores el que me dejó maravillada.
Está situado justo en frente del de jade y es mucho más grande. Hizo que
saliera de allí con ganas de llenar mi casa de plantas. Abundaban las
orquídeas, que se consideran la flor nacional de Taiwán, y también el bambú en
macetas muy kawai y originales, como
esta:
También
había pequeños estanques de flores de loto, varios tipos de semillas, jarrones
originales y prácticos (como el de la foto), lavanda española, bonsáis, cactus
que dan ganas de comprar en masa, trozos de madera en los que se ven los
anillos del árbol del que procedían (no tengo ni idea de qué representan, o de si tiene alguna utilidad), e incluso… musgo. Por supuesto, también había todo tipo de cosas para decorar el jardín, y estanques pequeños. Pero, sin duda, lo que más
llama la atención de este sitio es un puesto en concreto en el que tienen algunos
anfibios exóticos. En realidad, por anfibios exóticos me refiero a estos pedazo
sapos, que me dieron mucha pena porque estaban enjaulados en unas cajas en las
que no podían dar un solo paso.
No sé
si en las fotos se aprecia el tamaño real de los sapos, pero son enormes.
También había tortugas un tanto diferentes a las de España, y peces de colores curiosos, además de caracoles de mar. Un
par de ellos tenían un tamaño considerable, de hecho, cuando los vi pensé que
eran de mentira.
Otra
cosa que me pareció curiosa fueron estos adornos, pero no tengo ni idea de qué
son. Se parecen muchísimo a los que llevan los peregrinos que hacen el camino
de Santiago, y me recordaron mucho a Galicia. Al verlos pensé que tal vez los
taiwaneses y los gallegos no seamos tan diferentes.
Además
de dar una vuelta por los mercados, tuve la oportunidad de ver el famoso Taipei 101 de lejos. Y
espero que estuviera muy lejos, porque no me pareció demasiado imponente… Supongo
que mi vista me engaña.
Por último, voy a compartir este vídeo del Mercado de las Flores. En él no salen las mismas cosas que vi yo exactamente, pero me parece un vídeo muy bueno.
http://www.youtube.com/watch?v=2XmBU_RyU58