viernes, 30 de agosto de 2013

Taipei, día 3 (parte 2): la odisea de comer en Taipei chapurreando chino

Dicen que no hay país mejor para probar todo tipo de comida deliciosa y barata que Taiwán. Sin embargo, esto puede resultar bastante complicado si eres extranjera y apenas sabes repetir cuatro palabras en chino como un loro.

Es fácil encontrar sitios para comer (es más, lo difícil es no encontrarlos), pero a mí me parece extremadamente difícil, porque es raro que hablen inglés en algún restaurante o puesto y la falta de entendimiento puede dar lugar a intentos de conversaciones largas y confusas. Pero hoy por fin lo he hecho. Fui a la Main Station, y, después de dar vueltas buscando un restaurante en el que tuvieran fotos de la comida o algo escrito en inglés,  compré dos de los famosos steamed buns de Taiwán, que si no me equivoco proceden del sur de China. No conseguí que entendieran que necesitaba que me dieran palillos, pero por suerte los pude coger prestados en mi hotel, ya que muchos sitios por aquí son de take-away. En cuanto a los steamed buns, estaban bastante ricos y muy frescos. Al contrario de lo que pensaba, no están hechos con pasta, sino con una especie de pan, o al menos eso me pareció. Por dentro pueden estar rellenos de carne, marisco o lo que sea, a gusto del consumidor. Yo compré los de carne de cerdo, que son los más conocidos. Dos, por el módico precio de 50 NTD, es decir, poco más de un euro.




Pero por supuesto, eso no fue todo. Que entendieran lo que quería comer fue relativamente fácil gracias a las fotos y al inglés, pero al salir de la estación… ya me había perdido. La verdad es que lo pienso y me parece increíble, porque la estación está justo en frente de mi hotel, pero tiene varias salidas y salí por una que daba a otro sitio, así que tardé unos quince minutos como mínimo en ser capaz de orientarme y me dediqué a dar vueltas como un pato mareado hasta que vi un edificio conocido de lejos. La ciudad está a rebosar de anuncios brillantes, por lo que todo parece igual, y, al menos para mí, es muy fácil perderse. Se puede llegar a sentir una sensación de impotencia grande, porque sabes que estás cerca del sitio al que quieres llegar, pero siempre que estás a punto de hacerlo, te metes por donde no es y te pierdes más todavía. Por suerte, yo aún no me perdí de una manera importante, pero estoy segura de que pasará tarde o temprano. Desde luego, nunca pensé que tendría que dar tantas vueltas para poder comer. Tengo muchas ganas de probar mucha comida, pero ya veremos cómo me apaño. Alimentarme aquí sin ayuda me parece todo un logro.


Lo peor de esto es que me siento como si fuera la única guiri de Taipei, y eso me da cierta inseguridad. La mayoría de la gente aquí es oriental, así que yo, con mi cámara colgando y mi cara de confusión permanente me siento muy rara en medio de los taiwaneses. Debería haber más turistas despistados deambulando…

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