martes, 12 de enero de 2016

¿Por qué son los taiwaneses tan educados?

Basta con pasar un par de semanas en Taiwán para notar que los taiwaneses en general tienen un respeto absoluto por las normas (excluyendo las de tráfico) y una educación impecable. Su consideración por los demás es fascinante para mí, y desde siempre me he preguntando por qué no se comportan como sus vecinos chinos, famosos por sembrar el caos allá por donde pasan. Cuando le planteé esta pregunta a mi novio, su respuesta fue simple: "los taiwaneses somos educados por el bien común", dijo. 

Pero no me pareció convincente. He reflexionado sobre esta pregunta mucho tiempo y creo que por fin he obtenido mi propia respuesta. 

Todo empieza cuando son niños pequeños. Tanto los profesores como los familiares ponen un énfasis enorme en las buenas costumbres, la buena educación y el respeto a las normas por triviales que sean. Esto suena muy típico: padres y docentes de todos los países del mundo proceden de la misma manera. La diferencia es que en Taiwán educan a los niños con mano de hierro. Desde párvulos aprenden que si se atreven a hacer lo que no deben recibirán reprimendas que escucharán todos sus vecinos, tal vez acompañadas de castigos físicos. De hecho, hace poco más de una década, no era extraño que los padres comprasen objetos para pegar a sus hijos. Así las cosas, en muchos casos la motivación que los niños reciben para ser buenos o estudiar son las amenazas (de premios ni hablar, aunque en los últimos años la situación parece estar cambiando a un ritmo muy rápido). 




Los profesores tratan a los alumnos como a sus peores enemigos. Ante el mínimo atisbo de desobediencia les echan una regañina en que los hacen sentir culpables e indefensos, y los castigan sin piedad por cosas tan pequeñas como verter la comida de un plato (que se tratase de un accidente o no les es indiferente), o haberse olvidado un libro. No pasan ni una, y por lo que he observado solo en raras ocasiones intentan ser cercanos o cariñosos con los niños. En vez de eso, ponen como prioridad imponer respeto para asegurarse de que la clase está en orden. 

En resumen, a mi entender los taiwaneses interiorizan la buena educación y el respeto por las normas aprendiéndolas por las malas desde que son prácticamente bebés. Tal vez esto no explique por qué los modales de los taiwaneses y los chinos son tan diferentes, ya que en China los castigos físicos y las escuelas de odio son normales también. Supongo que la diferencia está en que los chinos, en muchos casos, carecen de buenas maneras que puedan enseñar. 

Por último, considero necesario dejar caer que aunque este post pueda parecer una difamación gratuita, mi único objetivo es transmitir lo rígida que es la educación taiwanesa en comparación con la occidental y cómo eso influye en el comportamiento. Los padres y profesores taiwaneses no son monstruos (al menos no todo el tiempo), y recordad: las cosas que escribo no son más que meras generalizaciones. De todas maneras, aquí podéis leer un artículo que apoya gran parte de lo que he escrito.  

lunes, 4 de enero de 2016

La Navidad en Taiwán

La Navidad es una festividad que no pasa desapercibida en Taiwán, pero en general no tiene demasiado significado para los taiwaneses, ya que la mayoría de la población es de creencias budistas y taoístas y celebra su propio Año Nuevo un par de meses después del uno de enero. En otras palabras: en Taiwán NO HAY Navidad. 

Según lo que he observado, para los taiwaneses la Navidad implica dos cosas: hacerse cincuenta mil selfies con todos los árboles de Navidad que pillen por delante y salir de fiesta por Año Nuevo. Aunque el 25 y 31 de diciembre sea obligatorio trabajar e ir a clase, la decoración navideña se puede encontrar por todas partes y enormes y glamurosos abetos de plástico embellecen los centros comerciales más grandes y ricos. Son un buen gancho para atraer a gente que se quiere hacer selfies con ellos y que seguramente terminará comprando algo.  Los villancicos en inglés también son comunes dentro de estos edificios, y no es raro que las buxiban o cram schools organicen pequeñas actividades navideñas, como festivales con villancicos o citas con Santa Claus. Las tiendas se llenan de adornos y postales que casi nadie compra, y al parecer los niños creen en Papá Noel pero no reciben regalos. 



Los taiwaneses tienen una visión bastante deforme del significado real de la Navidad y la mayoría ignoran la historia que hay detrás de ella. A fin de cuentas, toda la información que les llega es a través de publicidad americanizada y poco más. Para mí es un tiempo de morriña en el que echo de menos las cenas con mi familia, los dulces navideños, y todo tipo de cosas pastelosas. Me dedico a babear mirando escaparates con decoración navideña o a buscar viejos anuncios de lotería o turrón que me llevan de vuelta a una etapa de mi vida que parece haber sido un sueño. 




Por otro lado, el Año Nuevo tampoco se celebra con comidas familiares ni nada por el estilo, pero eso no impide que los bares y pubs rebosen de gente, y en Taipei muchos van a ver los fuegos del Taipei 101. Además, normalmente las empresas trabajan solo media jornada el 31 de diciembre; mientras que el uno de enero es festivo, pero no por tratarse del comienzo de un nuevo año sino porque es el día en que se celebra la fundación de Taiwán.