Una cosa que me quedó clara casi de inmediato en Taipei es que las
chucherías son caras porque casi todas se importan de Japón. Eso sí, sus bolsas
son súper kawaii. Tanto, que ya he
comprado unas cuantas porque me gustaba el dibujo, y me dedico a coleccionarlas
porque no soy capaz de tirarlas. Aunque las chucherías japonesas para los
taiwaneses no son nada especial y se pueden encontrar en cualquier
supermercado, la primera vez que yo las compré fue en un supermercado japonés
que se llama Matsusei. Estas son las cuatro cositas que compré:
1. Kompeito: son unas bolitas de azúcar pequeñas que llegaron a Japón gracias a los europeos. Me recordaron al carbón español, tanto por su
dureza como por su sabor. Aunque en Taiwán sea fácil encontrarlas, mis
compañeros de clase japoneses me dijeron que en Japón ahora no se venden mucho y que son un dulce tradicional.
3.
Patatas fritas taiwanesas: al igual que en España, en Taiwán hay muchos snacks
de este estilo, aunque con sabores bastante raros. Como no me decidía por
ninguno, escogí este con esta bolsa tan especial. El sabor no es nada del otro
mundo, pero no saben mal y además son baratos, no llegan a 50 céntimos de euro.
4. Torotto: Son unos bloques pequeños de chocolate. Por fuera su textura es como la de una especie de brownie y por dentro tienen una crema parecida a la del Kinder Bueno. Como todo producto japonés que se precie, vienen en un
paquete muy pequeño y cutre, pero al menos están bastante ricos.
5. Chocolates: me compré una tableta de chocolate barata que me supo a
plástico, pero también compré el clásico Kinder Bueno. Dicen que la Coca Cola
sabe diferente en cada país, pero no es así con las barritas de chocolate
Kinder. En Taiwán saben exactamente igual que en España.
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