sábado, 9 de abril de 2016

Veneración de los ancestros en Taiwán: la festividad de Qingming

La piedad filial y el respeto por los ancestros son dos de los pilares del pensamiento chino y taiwanés, presentes en las milenarias doctrinas confucionistas. Así pues, no es una sorpresa que exista una festividad dedicada a honrar a los antepasados, que grosso modo se podría equiparar al Día de Todos los Santos. 

Prohibido en China durante la Revolución Cultural, el Tomb Sweeping Day o festividad de Qingming (清明) se celebra cada cinco de abril y se ha conservado en Taiwán desde que los primeros chinos empezaron a poblar la isla. 



Con unos días de anterioridad, o mismo en el día propio de Qingming, los taiwaneses se desplazan a los cementerios, aislados en las montañas, y liberan las tumbas de malezas y suciedad. Puesto que  son mucho más grandes y ostentosas que las occidentales, es un trabajo duro que puede llevar horas. Al terminar de hacer limpieza, es común que se hagan ofrendas a los ancestros para asegurar su bienestar en el Más Allá, ya que en Taiwán creen que los difuntos pueden usar objetos enviados por los vivos y si no están contentos se convertirán en fantasmas que atormentarán a su familia. La ofrenda más popular es el dinero fantasma o ghost money, que se quema para enviar a los muertos o a los dioses. Otra ofrenda común son los hongguiguo (紅龜粿), unos pasteles redondos y rojos hechos de pasta de arroz con forma de tortuga, animal que representa la longevidad. 




Foto encontrada aquí


Según la leyenda, los orígenes de esta tradición se remontan al menos 2500 años atrás, y se hizo oficial en el año 732 cuando el emperador de China, harto de que sus súbditos se preocupasen más por venerar a sus antepasados que por los asuntos del reino, decidió imponer un único día para dedicar a los difuntos. Su antigüedad es tal que se cree que es el festival que más siglos ha estado activo en la historia de la humanidad, ya que de una manera u otra siempre nunca dejó de ser celebrado. 

Otra leyenda cuenta la historia de Chong'Er, un príncipe que sobrevivió a un duro exilio gracias a uno de sus seguidores, Jie Zhitui, que cortó parte de su pierna para hacer una sopa y evitar que muriera de hambre. Cuando años más tarde buscó a su salvador para honrarlo, él rechazó verse con el príncipe porque no quería aceptar recompensas. Para obligarlo a entrevistarse con él, Chong'Er ordenó quemar el monte donde Zhitui decidió esconderse con su madre, solo para encontrar sus cuerpos inertes tres días más tarde. Lleno de culpabilidad, preparó un funeral por todo lo alto y no permitió usar fuego ni tomar comida caliente durante un día. Un año más tarde visitó la tumba de Jie Zhitui y se hizo cargo de su cuidado, lo que dio origen a la festividad de Qingming. 

Como curiosidad, adjunto esta noticia sobre un clan cuyos descendientes en la actualidad, que se reunieron en el cementerio de Taoyuan el pasado 4 de abril, alcanzan el total de 8.000. 




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