viernes, 27 de mayo de 2016

23 de abril de 2016: té 24 horas en Maokong

El área de Maokong es popular por su telecabina, el zoo, sus vistas de la ciudad y, especialmente, por sus casas de té. Cuando me propusieron desplazarme allí bien entrada la noche para tomar té la idea no me acababa de convencer, ya que normalmente las cafeterías de Taipei cierran a eso de las diez. Sin embargo, en Maokong las cosas parecen ir del revés: sus conocidas casas de té permanecen abiertas las 24 horas del día los fines de semana, lo que las convierte en una buena opción de ocio. 

Las casas de té de Maokong funcionan de una manera sencilla: lo normal es comprar un paquete entero de té y que y los propios clientes lo preparen con agua y una olla. Puesto que tarda varias horas en terminarse, normalmente es una actividad en grupo, para pasar el rato y charlar en un ambiente relajado y a poder ser con unas buenas vistas. Se acompaña de algunos snacks, sobre todo frutos secos como pipas o pistachos. Esta manera tradicional de tomar té se llama laoren cha  (老人茶) que se traduce como "té de la gente mayor", ya que es popular entre los ancianos. 




Nosotros llegamos a eso de las diez y nos metimos en la primera casa de té que encontramos. Se llama Red Wood Tea House y me pareció agradable: tenía dos pisos, uno de ellos con una terraza amplia y rústica que me hizo sentir como si estuviera en el jardín de mi casa. El único problema para mí fue que estaba completamente vacía. De hecho, a eso de las doce, el dueño cerró el piso de arriba y nos dejó solos en la terraza, y lo único que nos pidió fue que antes de irnos apagáramos la luz. Dejó todos los cacharros que pudiéramos necesitar a nuestra disposición y se marchó. 



De repente nos quedamos solos en el monte y unos ruidos inexplicables empezaron a sucederse hasta el punto de ponerme nerviosa. Por lo demás, fue una velada interesante. Por un lado, la soledad de la noche fue agradable, pero por el otro eché de menos el ambientillo de una casa de té más concurrida. No transcurrió exactamente cómo esperaba, pero la próxima vez confío que podamos probar Yaoyue, la casa de té más famosa de Maokong. De todas maneras, la experiencia en general me pareció una alternativa perfecta al ruido y la falta de espacio de la ciudad, y una buena manera de ponerse al día con los viejos amigos. 

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