domingo, 15 de septiembre de 2013

Taipéi, día 8: perder la noción del tiempo en el metro y más lluvia

Dos cosas que para mí han estado muy relacionadas durante mis primeros días en Taipéi son coger el metro y perder la noción del tiempo. El metro es rápido, sí; pero la estación de metro es demasiado grande para una chica de pueblo como yo (soy de Vigo, y Vigo es un pueblo si se compara con Taipéi) y siempre llego tarde a todas partes por perderme en el metro. Al igual que cuando estoy en la calle, allí todo me parece igual, y además hay que bajar un par de plantas hasta llegar a la de tu destino. Eso si no te pierdes antes en el centro comercial subterráneo, en el que, además de haber muchas tiendas de ropa y paraguas, (¡cómo no!) también hay adivinos. Van vestidos de una manera bastante formal e incluso tienen una especie de mini oficina montada que los hace parecer profesionales, aunque no tengo muy claro en qué. ¿Se puede ser experto en adivinación?

Esta es la Main Station de Taipéi que, como podéis ver, por fuera es muy cochambrosa.

Hay muchas cosas que me hacen sentir extranjera en Taipéi, pero una de ellas fue, sin duda, ver cómo empezaba a llover y que yo fuera la única persona que vi en toda la ciudad que no tenía paraguas. Llovió sin parar desde la mañana hasta la noche, así que terminé el día empapada y con una pinta desastrosa, aunque mojarme no me refrescó en absoluto. Cuando llueve, si estás en un edificio alto, es gracioso ver puntitos de colorines moviéndose rápido en vez de personas. La lluvia no detiene a los taiwaneses, de hecho, ni siquiera consigue que suelten sus amadas motos. Se ponen uno de esos ponchos tan preciosos que llevan en el asiento y ya está, ¡problema resuelto! Nunca entenderé cómo pueden soportar la sensación del agua cayéndoles encima mientras conducen, pero sé que esperar a que escampe es de ilusos.


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