jueves, 11 de junio de 2015

Febrero de 2015: Viaje al centro de Taiwán

Tras habernos pelado de dinero a nuestra vuelta de Galicia, tuvimos unas cortas vacaciones a finales de febrero. Yo tenía muchas ganas de visitar la ciudad de Kaohsiung, que se encuentra en el sur de Taiwán. Pero  el dinero nos preocupaba seriamente, así que tuvimos que idear un plan b. Este plan b fue Changhua (彰化市), una pequeña ciudad en el centro de Taiwán a la que se puede llegar desde Taipei en tan sólo dos horas.

Cuando llegamos, cansados y con calor, nos dimos de bruces con un problema inesperado: los únicos dos establecimientos que alquilaban motos en la ciudad no tenían ninguna disponible para nosotros. Así pues, tuvimos que matar el tiempo; primero tomando nuestro almuerzo, y después en una tienda de bebidas. A eso de las tres de la tarde, a punto de rendirnos y llamar un taxi para ir a nuestro hotel, una persona devolvió una moto y pudimos dejar de perder el tiempo. 

Fuimos al hotel, que probablemente fuera el más barato de Changhua, y lo dejamos para visitar el Buda Gigante de la ciudad, que es el punto turístico más popular. Se encuentra en una pequeña colina conocida como Bagua (八卦山 - Bagua shan) desde la que se pueden apreciar unas vistas decentes de la ciudad. 




Construida en el año 1961, la estatua mide 26 metros y está flanqueada por dos leones de piedra. La verdad es que me decepcionó un poco porque no es tan impresionante como aseguraban en Internet, pero aún así es digna de ver y es un sitio agradable para pasear. De hecho, es lo suficientemente grande como para albergar un edificio en su interior, pero tal vez llegamos demasiado tarde porque estaba cerrado. Había muchos puestos de comida que vendían calamar seco, y mi novio me recomendó que probase uno. No sabía mal pero me sentí como si estuviera comiendo papel. 









Según dicen, en el año de la construcción del Buda la lluvia fue demasiado fuerte en Taiwán. Algunos locales de Changhua aseguran que estas lluvias fueron enviadas por los dioses para regar la flor de loto sobre la que medita el Buda. 

Poco después de nuestra llegada descubrimos que detrás del Buda había un templo y una pagoda muy fotogénicos, además de un estanque con unas carpas enormes a las que se podía alimentar comprando comida de peces en una máquina. Aquel día el Buda probablemente tuvo muchas visitas, porque los peces no tenían hambre. La pagoda y el estanque me parecieron más bonitos que la estatua. 







Después de esto nos dirigimos al night market más importante de Changhua, que no era demasiado grande y que pudimos terminar en cosa de una hora. Tenía un ambiente mucho más rural que otros night markets en Taipei y había muchos juegos. 




En cuanto a la comida, la variedad no era demasiada. Las tres cosas que más me gustaron fueron el tofu apestoso, que se vendía cubierto de cacahuetes rallados; una torta de patata violeta con un sabor suave que se deshacía en la boca; y un flan casero muy cremoso que probamos de vuelta al hotel. 




Día 2

Al día siguiente nos despertamos temprano para visitar el famoso pueblo de Lugang (鹿港) que hace un par de siglos, en sus días de gloria, era la segunda ciudad más habitada de Taiwán. Es famoso por la gran cantidad de edificios históricos que conserva.
Antes de llegar, nos perdimos por los pueblos más feos y con más campos de arroz que cualquiera se pudiera imaginar, y fui testigo de cómo se planta el arroz. Al contrario de lo que pensaba, no es un proceso ma,ual, sino que se usa un de tractor. Resulta muy curioso. 
Cuando por fin llegamos, a eso de las once del mediodía, la gente era tanta que no había por donde caminar. Nuestra primera parada fue el templo de Tienhou (天后宫 - Tienhou gong), dedicado a Matzu, la diosa del mar. Estaba tan lleno de gente que había que tener cuidado al caminar, ya que la mayoría eran fieles que llevaban puñados de incienso prendido en las manos y si los tocabas sin querer te podrían quemar. En seguida entendí por qué este templo estaba tan lleno: el edificio está muy bien conservado a pesar de su antigüedad (fue construido en 1725), y se respiraba un aire a tradición difícil de explicar. Tal vez por primera vez, me sentí como si estuviera en el Taiwán más profundo.







En el templo había una especie de fuente de los deseos que estaba llena de monedas. Todos intentaban meter una en la boca del dragón que estaba en el centro, pero era extremadamente difícil.





Como curiosidad, el edificio contaba con una tienda de recuerdos en la que vi algo que llamó mi atención: se trataba de una camiseta negra en la que ponía "Mazu Hello Kitty" y en la que se podía ver un dibujo de Hello Kitty llevando la corona de la diosa Matzu. Increíble. 



Quisimos ver la calle antigua de Lugang, y por el camino descubrimos otro templo muy bonito aunque más modesto. Fuera había una especie de juegos relacionados con religión que consistían en intentar encestar monedas en figuritas de los dioses. Me pareció un poco grotesco tratar a los dioses así, pero this is Taiwan. 

También paramos en una explanada en la que estaban organizando juegos para niños y vistamos un pequeño museo de caligrafía.









Entre el bullicio de la gente encontramos un rincón de paz y compramos una especie de bebida tradicional que se vendía en polvo y que según mi novio me contó es difícil de encontrar en Taipei. Esta bebida, llamada mian cha (麵茶), se prepara con agua hirviendo y es muy espesa. Su sabor es dulce y su textura recuerda a la de la papilla. 







Cuando finalmente llegamos a la calle antigua, que parecía muy prometedora, las masas de gente nos impidieron ver cualquier cosa que no fueran cabezas. Caminamos en medio de casas viejas que parecían preciosas pero que apenas pudimos apreciar. Todas eran utilizadas como tiendas y vendían cosas tradicionales. Cuando nos libramos del sofoco de la calle turística, nos topamos con un mapa que nos ayudó a escoger nuestro próxima parada, que fueron la famosa calle de Moruxiang (摸乳巷) y el templo de Longshan (鹿港龍山寺 - Lugang Longshan si).








La calle de Moruxiang no tiene ningún encanto turístico especial más allá de su nombre, que se podría traducir por algo así como "calle de tocar tetas". El motivo es que es tan estrecha que supuestamente si dos personas coinciden en ella el contacto físico sería inevitable.




El templo de Longshan, cercano a la calle, resultó ser mucho más tranquilo, bonito y majestuoso que el de Matzu.










De repente acabamos el templo de Longshan y no sabíamos qué hacer. Volvimos al centro del pueblo y visitamos un pequeño grupo de casas antiguas que formaban una estampa muy pintoresca, pero que terminamos en seguida. 




Desesperados y sin saber qué hacer, paramos a tomar un postre y pensamos una manera de matar el tiempo. De casualidad, descubrimos otro callejón que se nos había escapado. Allí pudimos ver cómo preparaban algodón de azúcar con formas de flor y cómo hacían chucherías tradicionales a mano, e incluso probamos huevo de cisne, que por cierto sabe exactamente igual al de gallina






Cuando terminamos esta calle terminamos Lugang, y nos dimos cuenta de que tres días en Changhua eran demasiados. 


Día 3

Una de las cosas que no me quería perder por nada del mundo en Changhua era la preparación de fideos hechos a mano, que tal vez sea única en todo Taiwán. La mejor manera de llegar hasta la "fábrica" es en coche o moto ya que está situada en un lugar más bien remoto en el que solo hay casas, la mayoría de ellas abandonadas y en escombros. En medio de este ambiente campestre y decadente se puede encontrar una casa taiwanesa tradicional con un cartel que reza: "fideos hechos a mano". 







En cuanto pones un pie en la casa te sientes como si hubieras vuelto al pasado. Los dueños son una pareja de ancianos muy acogedores que parecen estar acostumbrados a abrir las puertas de su casa a curiosos cada fin de semana. El hombre, que es muy hablador, nos contó que para ver el proceso entero tendríamos que haber llegado a su casa a las cuatro de la mañana. A pesar de poseer unegocio único en Taiwán, nos aseguró que no ganaban demasiado dinero con su trabajo, y no es de extrañar ya que un paquete de fideos cuesta 60 dólares, que es poco más de un euro y medio. 

Para que se sequen al sol, los fideos se cuelgan en unos postes de madera en el patio de la casa. Ver cómo los colocan es realmente interesante. El dueño nos contó que una vez una persona que tenía unegocio parecido le quitó el cartel y lo puso en su propia casa para confundir a los turistas. 










Terminamos esta visita inolvidable y fuimos a ver unos murales cercanos a la casa de los fideos. Por el camino vimos muchas casas antiguas reducidas a escombros. 









Después volvimos al centro de Changhua, donde visitamos el templo de Confucio (彰化孔子廟Changhua Kongzi miao) que me sorprendió de una manera agradable. Me pareció una pequeña joya en una ciudad insignificante. Construido en 1726, es muy elegante y según tengo entendido en sus orígenes fue una escuela. 









Con el tiempo literalmente contado, visitamos un edificio que había llamado mi atención por su arquitectura japonesa. Se trata del templo de Wude (武德宮 - Wude gong), que en realidad no es un edificio religioso sino utilizado para la práctica de artes marciales japonesas, tales como el judo y el kendo. Fue construido e1930 durante la época de Ocupación Japonesa de Taiwán. Estaba cerrado y nos tuvimos que contentar con verlo por fuera, pero me pareció hermoso y me gustó ver algo diferente en Taiwán. 







Por último, aunque solo nos quedaban unos minutos, fuimos a un templo llamado Kaihua (開花), que quise visitar por tratarse del templo budista más antiguo de la ciudad. Era muy simple y su estructura me pareció muy diferente de la de los demás. Al igual que la mayoría de templos budistas taiwaneses, está dedicado a la diosa de la misericordia Guanyin. El nombre del edificio es bastante curioso y se podría traducir como "flor que se abre", en referencia al primer templo budista de Changhua. Su apariencia es la de un templo moderno porque fue renovado muchas veces gracias a las donaciones de sus fieles. 







Y este fue nuestro viaje al centro de Taiwán. Si te interesan los templos y la cultura taiwanesa, sin duda Changhua es tu lugar. 



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