jueves, 17 de septiembre de 2015

El Mes de los Fantasmas

Cada año en Taiwán y China tiene lugar un acontecimiento inusual: se abren las puertas del infierno y los fantasmas conviven con los vivos durante un mes. Se trata del Mes de los Fantasmas (鬼月 - guiyue), que normalmente coincide entre agosto y septiembre.

Durante este periodo, es habitual que las calles estén llenas de ofrendas que los vecinos de cada edificio ofrecen a los espíritus de manera simbólica, para mostrar respeto y evitar desgracias. En cierto modo, esta práctica recuerda a las ofrendas que hacían los romanos para apaciguar la ira de sus dioses. Además, se reúnen para rezar en las fachadas de sus casas y quemar mucho incienso y dinero fantasma. Curiosamente, los edificios que todavía se están construyendo y por lo tanto están deshabitados también son bendecidos de la misma manera. Aparte de todo esto, no es raro que se organicen pequeños espectáculos pensados para entretener a los fantasmas, como por ejemplo funciones de ópera taiwanesa.




Normalmente, los fantasmas son personas que no fueron honradas debidamente por sus familiares tras su muerte, y que penan en el Más Allá. Así pues, el dinero fantasma y la comida se ofrecen para divertirlos y aliviar su sufrimiento.
Por otro lado, no son pocas las supersticiones que conviven en este mes: es el menos recomendable para casarse o abrir un nuevo negocio. Aunque no lo he podido comprobar, parece ser que los más supersticiosos no cuelgan su ropa en los balcones, porque según dicen los fantasmas se pueden meter en las prendas, que pasarían a estar malditas. Tampoco es recomendable nadar, porque los espíritus podrían atacar en el agua, ni se recomienda llevar ropa roja, ya que este color los atrae. La lista es interminable.

Un festival importante de Taiwán en estas fechas es el Ghost Festival, que se celebra en la pequeña ciudad de Keelung. Recuerda más a Halloween que a cualquier otra cosa, ya que es común que mucha gente se disfrace por las calles. Además de desfiles de dragones y leones, este festival es famoso por sus lámparas de papel, que se arrojan al río para guiar a los espíritus perdidos. Yo he tenido mala suerte y ya me lo perdí tres años consecutivos, pero parece impresionante.

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