sábado, 18 de junio de 2016

Mayo de 2016: explosión cultural en Singapur

Singapur es conocida como una ciudad limpia, cara, cosmopolita y donde las leyes se imponen con mano de hierro. Se independizó de Malasia sin quererlo en el año 1965 y pocos creían que una pequeña isla-estado pudiera prosperar, especialmente en la escala en que lo hizo. En esta entrada he compilado los puntos turísticos más importantes de Singapur. 

Día 1

Nuestra primera parada fue en la atracción turística por antonomasia de Singapur: el Merlion Park, una perfecta muestra de su enorme crecimiento económico y su símbolo más conocido. El Merlion es básicamente una estatua de 8,6 metros de un león con cabeza de león y cuerpo de sirena que echa agua por la boca, pero lo realmente impresionante del parque son los rascacielos que lo rodean, como el lujoso y moderno hotel Marina Bay Sands. 







Se encuentra en el centro financiero, Raffles Place, que debe su nombre a Sir Stanford Raffles, el fundador del país. Muchos de los edificios históricos e importantes se encuentran allí, como el Fullerton Hotel y el Republic Plaza. Así mismo, cruzamos el río de Singapur, un punto clave en el desarrollo de la ciudad; y los preciosos Asian Civilisations Museum y Victoria Theatre, dos ejemplos de arquitectura colonial. 









Nos hartamos de hacer fotos hasta que decidimos continuar nuestra ruta de viaje en Little India, el pintoresco y colorido barrio indio de Singapur, donde la cultura de la India está presente en cada rincón. Allí se pueden comprar ropa tradicional y snacks, visitar un templo hindú, hacerse tatuajes de henna, observar a la gente yendo de compras en sus preciosos atuendos, ir de compras en el centro comercial 24 horas Mustafa Centre, probar frutas exóticas y, sobre todo, comer auténtica comida india. 


Entre otros, los puntos turísticos de esta pequeña comunidad son el templo hindú Sri Veeramakaliamman, la colorida residencia Tan Teng Niah y el Little India Arcade, un pequeño mercado tradicional. Obviamente Little India es mucho más que tres nombres, así que he redactado una entrada únicamente para este barrio en la que me explayé lo más que pude con cada uno. 




Terminamos el día en los famosos Gardens by the Bay, otra de las landmarks de Singapur, para ver el show de luces del Supertree Grove, famoso por sus futuristas árboles artificiales, que miden entre 25 y 50 metros. Llegamos justos de tiempo y casi nos lo perdimos pero pudimos verlo entero aunque fuera desde un poco lejos. De esta manera no fuimos capaces de escuchar la música, de modo que las luces se movían sin ton ni son para nosotros y fue un pelín absurdo.  





Día 2 

Empezamos el día en otro barrio especial de Singapur: Arab Street, un área predominantemente árabe. Al contrario de lo que esperábamos, no estaba llena de bullicio como Little India, nos pareció un vecindario tranquilo y con poco movimiento, más limpio y moderno. Paseamos por sus calles y observamos las pequeñas casitas antiguas, donde la gente vendía alfombras y lámparas en su mayoría. 


Rascacielos de fondo aparte, el edificio más imponente de Arab Street es la mezquita del Sultán, que data de 1924. No nos atrevimos a entrar porque no llevábamos la ropa adecuada. En este barrio también se encuentra Haji Lane, una modesta calle con mucho color, graffitis y pequeñas tiendas de ropa con un toque chic. 






Pasamos una hora escasa en el barrio árabe, que nos pareció agradable pero demasiado pequeño, y visitamos el barrio chino de Singapur, cuyo nombre en mandarín es muy curioso: 牛niu (vaca) 車 che (carro, coche) 水 shui (agua). En apariencia no tiene ningún sentido, pero más tarde me enteré de que en el siglo XIX el agua de las casas era transportada en carros tirados por vacas y bueyes. Aunque a mis ojos esta zona no sea tan exótica como Little India porque las cosas "chinas" ya no son extranjeras para mí, me pareció el paraíso. No solo por sus preciosos edificios pastel de varios estilos, sino por todas las tiendas y tenderetes con objetos cien por cien chinos: abanicos, adornos tradicionales, comida, etc. Me pareció como si todas las cosas tradicionales chinas se hubieran concentrado allí y mis ojos no sabían hacia donde mirar. 





El núcleo del barrio es Pagoda Street, donde se encuentran todas las tiendas, bebidas, comida callejera y ambiente de turisteo. Además, da la casualidad de que también tiene un modesto templo hindú en el que tuvimos la suerte de ver una boda india. 








Antes de irnos, visitamos el famoso Buddha Tooth Relic Temple, también en el corazón de Chinatown, pero nos tuvimos que contentar con verlo desde fuera porque mi atuendo no era adecuado para entrar. Me sorprendió esta regla ya que jamás había visto un templo chino con normas sobre la ropa. De todas maneras, esta zona me pareció la más china del barrio, ya que las casas de estilo victoriano de Pagoda Street no tienen un aspecto chino en absoluto. Sin embargo, en los alrededores del templo había un gran número de ancianos de origen chino jugando al mahjong, charlando, y paseando. 





Aún era de día cuando llegamos a Orchad Road, que tal vez sea la calle más cara de Singapur. Debe su nombre a las plantaciones de orquídeas que se cultivaban allí antes de que se convirtiera en lo que es hoy y es una popular zona comercial donde abundan los centros comerciales para ricos. El que más destaca es ION Orchad, un lujoso y colosal edificio imposible de pasar por alto. 




Cuando terminamos nuestras andanzas por Orchad Road nos dirigimos al Merlion Park para ver el show de luces de Marina Bay Sands. En comparación con otros shows de luces que habíamos visto en otras ciudades asiáticas nos pareció bastante pobre, pero juzgad vosotros mismos.

 



Terminamos el día en Clarke Quay, la zona de copas más turística, a orillas del río Singapur, antiguo centro de comercio de la ciudad. Aunque aparece como un "must" en todas las guías turísticas, a mí me pareció evitable: sólo había bares sin nada especial y con precios muy inflados. Me arrepentí de no haber ido al Raffles Hotel en su lugar. 

Foto encontrada aquí


Aquí terminó nuestro viaje. Nos quedaron algunos rincones por visitar, pero a los dos nos pareció suficiente. Puesto que en noviembre habíamos visitado Kuala Lumpur, una ciudad malasia bastante parecida en absolutamente todo, nos fuimos de Singapur con la sensación de repetición.


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