domingo, 25 de junio de 2017

Uno de octubre de 2016: Quietud en el Templo del Caballo Blanco

Después de una peculiar visita al cementerio de Zhonghe, el padre de mi novio nos llevó a un templo de los alrededores, cuya estructura había llamado mi atención otras veces que merodeé por la zona. Se llama Templo del Caballo Blanco (白馬寺 Baima si) y al parecer solo es conocido por los habitantes de Zhonghe y por la gente más devota. Supongo que esto se debe a su ibicación en las montañas, que en realidad no es nada fuera de lo normal, ya que los templos taiwaneses están literalmente en todas partes. Aun así está medio "escondido" y eso contribuye a que sea lo que muchos turistas llaman una "hidden gem". Por eso, me pareció un remanso de paz en comparación con los ruidosos templos de Taipei centro, que a veces hasta tienen mercadillos que los rodean. 

Sin ánimo de ser cruel, el Templo del Caballo Blanco tiene una elegancia y sencillez que sobrepasa con creces la de la gran mayoría de templos que he visitado en Taiwán. No se puede encontrar mucha información sobre él online, pero a mí me pareció un híbrido de templo taiwanés y japonés (tal vez mucho más japonés que taiwanés). Se veía muy nuevo y estaba impoluto,  pero lo mejor de todo es que allí no había ni un alma. Según la información que encontré en un blog, se construyó en el año 1968 (parece mucho más nuevo y en otros blogs lo sitúan en 1974, así que tal vez se empezasen las obras en 1968 y se inaugurase en 1974) y está dedicado al Buda Shakyamuni. En cuanto llegamos me sentí extraña. Era como si nos estuviéramos colando en la casa de alguien importante: poco le faltaba para parecer una mansión. 









En los blogs también cuentan que el templo se construyó en las montañas de Nanshijiao (una parte del distrito de Zhonghe) porque en esa zona ya existían otros templos importantes (como el de Hongludi) y así tal vez podrían convertir esas montañas en un área de peregrinación. Aunque llama la atención por su diseño y sus dimensiones, lo más extraño de este edificio es que cuenta con un chozuya, que se podría definir como un pequeño pabellón de abluciones para purificarse antes de adorar a los dioses. Se encuentran en todos los santuarios sintoístas y en muchos templos budistas japoneses, pero se trata de una costumbre japonesa y esta fue la primera vez que vi uno en Taiwán. 



A menos que contéis con un buen amigo taiwanés que esté dispuesto a daros una vuelta en moto, la única manera de llegar al templo es en taxi desde la estación de metro de Nanshijiao (南勢角). Lo ideal si no habláis en mandarín es enseñar al taxista la dirección del templo en chino (新北市中和區興南路三段40巷26號). Para cerrar esta entrada, os dejo este link con fotos en las que se pueden apreciar las dimensiones del Templo del Caballo Blanco. 


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