sábado, 27 de diciembre de 2014

29 de diciembre de 2013: el templo de Guandu

Tras un intento frustrado de visitar yo sola el que prometía ser uno de mis templos favoritos en Taipei, meses después me aventuré, otra vez, a ir con mi novio. El templo de Guandu (關渡宮 Guandu gong) está situado en una zona tranquila que parece un mundo aparte del centro de la ciudad. En cuanto salí de la estación de metro sentí que estaba en una zona más residencial e incluso "rural".

El templo está a unos 10 minutos andando desde el metro. También se puede llegar en autobús desde allí, pero parecía un poco complicado y no merecía la pena esperar. Por el camino, tuve la oportunidad de ver una de las cosas que siempre me han fascinado de Taiwán: los funerales. En ciudades como Taipei, cada vez más modernas, es raro ver los funerales tradicionales, que se conservan más en las zonas rurales y se celebran en la casa del difunto. Según me dijeron, el cuerpo se vela durante varios días, pero no se conserva en la casa. Para sustituirlo, incluyen una foto suya, siempre en blanco y negro. Dependiendo del poder adquisitivo de la familia, este tipo de funeral puede ser más grande o más modesto. El de mi foto es, en mi opinión, uno intermedio, ya que los he visto más pequeños (sin el arco de la entrada, por ejemplo).



Cuando llegamos al templo me sorprendí al ver lo vacío que estaba, aunque ahora me parece lógico debido a su ubicación. Como en la mayoría de los templos taiwaneses, su religión es una mezcla de budismo y taoísmo. Su principal deidad es Mazu, la diosa del mar, que es muy popular en Taiwán. El edificio fue fundado en el año 1715, pero cuenta la leyenda que antes, en el año 1661, el área ya estaba considerada un lugar sagrado. Ha sufrido muchas reformas (especialmente después de la Segunda Guerra Mundial), y es uno de los templos más antiguos de Taiwán. 





En el primer piso hay varios altares y mesas para las ofrendas (o sea, nada especial). El último, en cambio, es más elegante, y tiene unos altares de madera un poco "barrocos". Además, sus vistas son alucinantes. Allí encontré una cesta con unos papelitos verdosos que me parecieron interesantes, así que cogí uno. Más tarde, mi novio me dijo que para cogerlos había que hacer una pequeña “donación”, y me explicó que en su interior hay un mensaje para mí (como en las galletitas de la suerte, que por cierto no proceden de Asia).




Vistas desde el techo del templo

Ave fénix 



Aparte del edificio principal, hay otro, que parece más nuevo y en el que se pueden ver varias estatuas de Buda y algunos dioses. A mí las que más me gustaron fueron estas.  





Además de todo esto, el templo también cuenta con un pequeño túnel (llamado Buddha Cave en inglés) que da a una especie de terraza con vistas al muelle de Guandu y en la que se puede ver la famosa estatua de la diosa budista Guanyin. En la entrada hay una bola que la gente tocaba y abrazaba para atraer riqueza y en la que se puede meter dinero. Por dentro, el túnel está lleno de varias estatuas de devas (cada cual más extraño y feo que el anterior) y, al final,  está la estatua de Guanyin, que en dos de sus muchas manos sujeta los caracteres de “luna” y “sol”. Es impresionante. 






Aún no habíamos terminado nuestra visita cuando, de repente, una persona que trabajaba allí nos dijo que iban a cerrar. Eran las cinco de la tarde, y nos quedamos sin ver el jardín del templo, que estaba detrás. Por suerte, lo visité un mes después con mi familia.


Conclusión: el templo de Guandu es una visita obligatoria para cualquier turista que visite Taipei, aunque a veces lo excluyan de algunas guías turísticas. No tiene nada que envidiarle a templos más populares como los de Longshan y Baoan, y es un sitio en el que te puedes perder durante horas. 


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