Tras una semana bastante aburrida en Taipei, por fin llegó el fin de semana por el que había estado esperando ansiosamente. Necesitaba salir de casa, y uno de los sitios en mi lista de espera en Taipei era la montaña de Xiangshan (象山) cuyo nombre se podría traducir al español como montaña del Elefante (Elephant mountain).
Nos costó un poco dar con el lugar exacto, ya que los GPS no son siempre fiables. Después de ir a parar a un sitio apartado, llegamos a unas escaleras que conducían a la montaña.
Empezamos a subir y nos cansamos después de los cinco primeros escalones. Nosotros no estamos en forma, pero el calor y lo empinadas que eran las escaleras no ayudaba. Por suerte, en las primeras escaleras había un puesto con bebidas frías, y también ofrecían cortes de pelo por 100 NTD (unos 2,50 euros).
El camino, no es realmente largo, pero si no estas acostumbrado a hacer ejercicio se te puede hacer eterno. De todas maneras, hay varios bancos repartidos a lo largo del trayecto. A medida que avanzábamos nos dimos cuenta de que en realidad la caminata era más larga de lo que pensábamos, ya que cuando llegamos al view point que buscábamos el camino continuaba. De hecho, más tarde descubrí que en realidad este sendero es bastante complejo, y se divide en cuatro montañas conocidas como las montañas de las cuatro bestias (la montaña del león, la montaña del leopardo, la montaña del tigre y la del elefante). La del elefante es la más sencilla y conocida. Lo único que nos interesaban eran las vistas de Taipei, así que nos limitamos a caminar lo necesario. Por el camino observé una costumbre taiwanesa que había detectado hacía tiempo: la gente se organiza para subir y bajar. Los que suben las escaleras caminan por el lado derecho, y los que las bajan por el izquierdo. También vimos a un par de personas subir y bajar las escaleras caminando de espaldas. Dicen que es bueno.
Cuando llegamos nos topamos con varias rocas a las que algunos fotógrafos se habían subido para sacar las mejores fotos de Taipei y especialmente del Taipei 101, que está muy cerca de la zona. Aparte de eso había un mirador en el que se podían apreciar mejor las vistas, aunque estaba lleno de gente.
Y esto fue todo: una manera entretenida de pasar una tarde en Taipei con unas bonitas vistas.
Nos costó un poco dar con el lugar exacto, ya que los GPS no son siempre fiables. Después de ir a parar a un sitio apartado, llegamos a unas escaleras que conducían a la montaña.
Empezamos a subir y nos cansamos después de los cinco primeros escalones. Nosotros no estamos en forma, pero el calor y lo empinadas que eran las escaleras no ayudaba. Por suerte, en las primeras escaleras había un puesto con bebidas frías, y también ofrecían cortes de pelo por 100 NTD (unos 2,50 euros).
El camino, no es realmente largo, pero si no estas acostumbrado a hacer ejercicio se te puede hacer eterno. De todas maneras, hay varios bancos repartidos a lo largo del trayecto. A medida que avanzábamos nos dimos cuenta de que en realidad la caminata era más larga de lo que pensábamos, ya que cuando llegamos al view point que buscábamos el camino continuaba. De hecho, más tarde descubrí que en realidad este sendero es bastante complejo, y se divide en cuatro montañas conocidas como las montañas de las cuatro bestias (la montaña del león, la montaña del leopardo, la montaña del tigre y la del elefante). La del elefante es la más sencilla y conocida. Lo único que nos interesaban eran las vistas de Taipei, así que nos limitamos a caminar lo necesario. Por el camino observé una costumbre taiwanesa que había detectado hacía tiempo: la gente se organiza para subir y bajar. Los que suben las escaleras caminan por el lado derecho, y los que las bajan por el izquierdo. También vimos a un par de personas subir y bajar las escaleras caminando de espaldas. Dicen que es bueno.
Cuando llegamos nos topamos con varias rocas a las que algunos fotógrafos se habían subido para sacar las mejores fotos de Taipei y especialmente del Taipei 101, que está muy cerca de la zona. Aparte de eso había un mirador en el que se podían apreciar mejor las vistas, aunque estaba lleno de gente.
Y esto fue todo: una manera entretenida de pasar una tarde en Taipei con unas bonitas vistas.
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