domingo, 12 de abril de 2015

30 de agosto de 2014: degustando tofu apestoso en Shenkeng Old Street

Shenkeng (深坑老街, Shenkeng laojie) fue la primera calle antigua que visité en Taiwán, durante mis primeros meses en Taipei. No es es un sitio demasiado conocido por extranjeros, y no lo descubrí hasta que mi novio me llevó allí. Mi primera visita fue hace más de un año, pero me gustó lo suficiente para querer volver. 

Está alejada de la ciudad, así que llegar nos llevó un tiempo. Al igual que muchas otras zonas del norte de Taiwán, tiene un pasado minero (hecho que se refleja en su nombre, que significa algo así como "minerías profundas"). Sin embargo, hoy en día su fama se debe a su especialidad culinaria: el famoso tofu apestoso taiwanés, del que se pueden encontrar muchas variedades solo en esta calle. Pudimos oler el tofu incluso antes de entrar. 



Dimos varias vueltas por la calle, que esta vez me pareció mucho más bonita, y buscamos un restaurante en el que probar su famoso tofu. Pero la suerte no estaba de nuestra parte, ya que Shenkeng es muy popular los fines de semana y todos los restaurantes estaban llenos. Hicimos tiempo hasta que encontramos un hueco y descubrimos que comer de Shenkeng es mucho más caro que en otros sitios. Finalmente, pedimos tofu apestoso cocido, que fue el mejor que jamás había probado. También probamos carne de ganso, cuyo sabor dulce  me pareció delicioso. 






Estas pequeñas comidas nos supieron a poco, así que llenamos la barriga un poquito más con un helado de tofu. Cuando lo vimos nos costó creer que existiera, pero lo probamos y no sabía nada mal. Tenía un sabor muy suave. 





A eso de las ocho la gente estaba empezando a irse y las tiendas estaban cerrando. Aun así, paseamos y entramos en algunas tiendas. Son las típicas tiendecitas de recuerdos y cosas tradicionales taiwanesas, a las que yo no me puedo resistir aun sabiendo que son todas iguales. Aparte de gominolas con décadas de antigüedad, en estas tiendas se pueden encontrar gorros de paja, tacitas de té, masajeadores tradicionales, etc. También vimos alguna tienda de té, y en la calle no faltaban puestos de comida. 





Ya estábamos decididos a irnos de Shenkeng cuando vimos un postre que no habíamos probado nunca. No nos lo pensamos dos veces y pedimos un bol cada uno. Los ingredientes eran sencillos: helado, gelatina taiwanesa (conocida como grass jelly en inglés, o como xian cao 仙草 en chino) y una especie de flan de varios sabores en forma de corazoncitos, acompañado de unas bolitas parecidas a las bubble o bolitas de tapioca, que estaban cubiertas de un líquido dulce y pegajoso parecido a la miel y rellenas de pasta de judías rojas o azuki. 




         

Nos fuimos de Shenkeng contentos con lo que habíamos comido y habíamos visto. Sus pintorescos edificios antiguos y su animado ambiente, que recuerdan a los de Daxi Old Street en Taoyuan, no dejan indiferente. 




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