martes, 16 de agosto de 2016

16 de julio de 2016: De excursión en el parque Yangminshan

El popular parque nacional Yangmingshan fue hasta hace muy poco un gran desconocido para mí, tal vez porque las pocas veces que me había aventurado a hacer el viajecito hasta la montaña siempre me había parecido agotador y poco gratificante, especialmente por culpa de los horribles atascos que se forman los fines de semana. 

Esta vez nos desplazamos allí para subir a la montaña Datun o Datun Shan (Shan significa montaña en mandarín), famosa por sus vistas. Llegamos tarde, a eso de las tres del mediodía, y como no podía ser de otra manera estábamos deshidratados, quemados y sudados por todo el cuerpo, pues aquella semana había sido una de las más calurosas del año. 

Datun, que es en realidad un volcán, es uno de los muchos picos de Yangminshan, sin embargo en su día fue el primer parque nacional taiwanés, fundado por los japoneses en los años treinta. Antes de llegar pasamos un par de puntos interesantes, uno de ellos Lengshuikeng, cuyo nombre se traduce como "hoyo de agua fría". Apenas paramos unos minutos para admirar las vistas y seguir con nuestro camino, pero según parece Lengshuikeng es famoso por sus aguas termales, ligeramente más frías que las demás y a las que se puede acceder gratis. También hay un mirador, baños públicos y una cafetería, cosas que se agradecen en un día caluroso. 






Las montañas que vimos al pasar Lengshuikeng nos parecieron alucinantes, y en pocos minutos llegamos a una pequeña estación de servicio desde la que partimos a Datun, no sin antes parar en Erziping, que nos pillaba de paso. Erziping es un sendero muy concurrido en Yangminshan, pero era tarde y tan solo nos detuvimos en uno de sus pequeños lagos, donde había algunas familias de picnic. Era agradable, pero nada especial y no perdimos demasiado tiempo allí. 





En pocos minutos llegamos al plato fuerte de nuestra pequeña excursión, el mirador de la autopista Bailaka, a los pies de Datun. Las vistas son realmente increíbles, y el canto de las cigarras invitaba a disfrutar el paisaje y dejar la mente en blanco. Nuestro mayor objetivo, la cima de la montaña, parecía cercano, así que dejamos las motos aparcadas y nos dispusimos a subir un caminito estrecho y lleno de bichos del que pronto desistimos: a medida que caminábamos parecía más empinado e interminable. Eso sí, una vez más fuimos recompensados con un precioso panorama. Finalmente llegamos a la cima de Datun en moto, y aunque me gustó más Bailaka, reconozco que Datun también es bonito. Estaba lleno de fotógrafos esperando la puesta de sol, y pudimos ver el barrio de Shilin, parte de Tamsui, y Sanzhi. Terminamos la tarde con la puesta de sol y volvimos a la ciudad. 










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