sábado, 17 de junio de 2017

21 de agosto de 2016: de vuelta en Yangminshan

Yangminshan, uno de los parques nacionales de Taiwán, es tan extenso que es posible visitarlo a menudo sin aburrirse. Esta vez aprovechamos una tarde soleada para conocer Xiaoyou keng, uno de los hot spots de la zona, famosa por su actividad volcánica. 

Una vez en Yangminshan, dimos un agradable paseo que nos llevó a un mirador desde el que pudimos ver el monte Xiao Guanyin y el monte Zhuzi, que no estoy segura de si se corresponden con mis fotos o no. 





Dicen que el olor a azufre es insoportablemente intenso en Xiaoyou keng, pero he de confesar que yo apenas me percaté de él. Xiaoyou keng es famoso por las pequeñas neblinas que forma, o más bien, por el humo que expulsa a causa de su actividad volcánica, ya que se trata de un volcán durmiente. 





Habíamos salido de casa tarde y pronto llegó la hora de cenar. Yangminshan es conocido por sus restaurantes, que sirven comida cultivada allí mismo, especialmente verduras y hortalizas. Se trata de una especie de restaurantes - granja y decidimos probar uno. El que escogimos, recomendado por una conocida, se llama Qingcai yuan 青菜園 o "jardín de las verduras". El restaurante en sí mismo parecía un garaje de barrio con las mesas y sillas más cutres y el alboroto era insufrible. Un caos total, y estaba abarrotado. En lugar de un menú, había unos papeles mugrientos pegados a la pared con los nombres de los platos y para pedir comida había que dirigirse directamente a los cocineros. Yo estaba tan confusa y agobiada en aquel sitio que dejé que pidiesen la comida por mí, a fin de cuentas en este tipo de restaurante lo normal es no pedir platos individuales sino compartir todo lo que se sirve. Pedimos sopa de pollo, revuelto de setas, carne de ternera y una verdura que no he sido capaz de identificar. No sabría decir si estaba bueno o malo, para mí no fue nada especial y, como me pasa el 90% de las veces en comidas tradicionales chinas, me morí de hambre, ya que compartíamos la comida entre cuatro. Además el precio, como era de esperarse, no era precisamente módico (creo recordar que pagamos 300 NTD cada uno, o sea, casi nueve euros), pero aun así lo recomendaría para tener una experiencia diferente. 







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