sábado, 25 de noviembre de 2017

27 de enero de 2017: Gion Corner, el lugar donde los sueños se hacen realidad

O al menos el mío se hizo realidad allí. 

El Gion Corner es un teatro en plena Hanamikoji dori, la calle más famosa de Kioto, en el corazón de Gion Kobu (el hanamachi o barrio de geishas más prestigioso de Japón). Por un precio módico para estándares japoneses (3150 yenes), los turistas podemos disfrutar de un show cultural japonés bastante completito todos los viernes, sábados y domingos, cuyas estrellas son las maiko (aprendices de geisha) de Gion Kobu, que bailan dos piezas de kyo mai al final. 

Había leído sobre el Gion Corner online, pero dada mi naturaleza desconfiada asumí que seguramente las maiko serían falsas y no puse demasiado interés. Por otro lado, fui a Kioto en grupo y no quería dar la lata con mi obsesión por las geishas. Pero en el primer día del viaje, a la hora de comer vi dos mujeres a lo lejos que llevaban el peinado wareshinobu característico de las maiko junior y desde ese momento no pude dejar de llorar. Sí, sabía perfectamente que muchos turistas tienen el atrevimiento de "disfrazarse" de maiko, pero las miré detenidamente y simplemente tuve la  certeza de que eran auténticas (y la sigo teniendo ahora). Mis compañeros creían que me había pasado algo grave porque era incapaz de dejar de llorar. 

Ese mismo día hicimos la visita obligatoria a la Hanamikoji dori, y me di de bruces con el Gion Corner. Ya era tarde, así que tenía que esperar al día siguiente. Cada vez que recordaba la escena del mediodía volvían a brotar las lágrimas. 

Al día siguiente estábamos en el Gion Corner a las cinco de la tarde para ver la función de las seis. Al contrario de lo que yo había predicho, había una buena cola para entrar y me preocupaba enormemente no ser capaz de ver bien a las maiko. Cuando estábamos cerca de la entrada, vi sus nombres en un cartel: Ichiharu y Mamechika. Estaba eufórica: no iba a ver a una sino a dos maiko. Y había más: como en invierno no ofrecían una parte de la función (teatro bunraku, si no recuerdo mal) permitían a los turistas hacerse fotos con las maiko al final de la actuación. Perdí la cuenta de las veces que lloré aquel día, y la espera se me hizo agonizante. La sala no es especialmente grande y aun así conseguimos asientos, pero cuando la función empezó los abandonamos y nos pusimos de pie en una esquina para ver mejor. 

El show dura una hora y se compone de siete partes: mini ceremonia de té, koto (un instrumento japonés parecido al harpa), ikebana (arreglo floral), Gagaku (música de la Corte Imperial japonesa), una pieza cómica de teatro Kyogen, una función de teatro bunraku (con marionetas), y dos piezas de kyo mai bailadas por maiko de Gion Kobu. Cada actuación es anunciada en japonés e inglés primero. Este vídeo las resume bastante bien. 

 

Lo primero que vimos fue la ceremonia del té, a la que le faltó la solemnidad que la caracteriza por estar en un sitio lleno de gente. Fue una pequeña demo de unos minutos, acompañada de flauta sakuhachi en directo. La pieza de teatro Kyogen y la música Gagaku me gustaron mucho. A pesar de ser todo en japonés, en el caso del teatro se entiende perfectamente la historia y sus puntillos cómicos. Se centra en dos sirvientes que tienen la mala costumbre de beber a escondidas el sake de su patrón, que decide atarles las manos para deteternerlos. Ellos hurden un plan para beber de todas maneras, pero son pillados con las manos en la masa. Fue una actuación de mucha calidad. 

La música imperial Gagaku estuvo acompañada de una danza muy misteriosa, y tenía un plus de exotismo.

 

Cuando por fin llegó la hora de las maiko, yo estaba casi temblando y aunque me había preparado para grabar, mi vídeo no duró más de diez segundos porque me temblaban las manos descontroladamente. En el momento que el telón bajó, todo fue magia. Mamechika (de kimono naranja) e Ichiharu (de kimono negro) bailaron Gion Kouta, una balada sobre Gion y las maiko, y después, Rokudankuzushi. La actuación duró unos diez minutos y, después, como habían prometido, todos nos hicimos fotos con ellas. Yo me quedé hasta que todo terminó y salí de la sala detrás suyo. Jamás pensé que en mi vida podría estar tan cerca de una maiko, ni mucho menos hacerme fotos con dos de ellas. Fue un momento con el que no me había atrevido ni a soñar. En parte sentí pena al verlas posar con tanto turista tonto que no tenía ni idea de todo el sacrificio y dedicación que hay detrás de sus caras bonitas. Fui la única que se molestó en darles las gracias. 







Una vez todo terminó, yo no sabía cómo me sentía. Estaba incrédula, y lo primero que hice al llegar al hotel fue buscar a Mamechika e Ichiharu en la lista de geisha y maiko del tumblr Geimei, y allí estaban sus nombres. Ichiharu (市晴) ya es una maiko senior desde septiembre de 2016, pertenece a la okiya Nakagisi de Gion Kobu y tiene 19 años. Mamechika (豆千佳) es una geisha junior que debutó en febrero de 2015, y está afiliada a la okiya Tama, también de Gion Kobu y una de las más ricas y prestigiosas de Japón. Cuando tan solo habían pasado dos meses desde su debut, fue escogida para participar en las Miyako Odori, las danzas de primavera de Gion Kobu, un gran honor tratándose de una maiko con tan solo dos meses de experiencia. Eso indica que es una bailarina con mucho talento. 

Os dejo los vídeos de Ichiharu y Mamechika bailando por separado. En el primero podéis ver a Ichiharu bailando Gion Kouta, la canción más famosa en el mundo de las maiko, y también la primera que aprenden. En el segundo vídeo sale la preciosa Mamechika bailando Rokudan Kuzushi.







El Gion Corner ha sido criticado por ser "un circo de cosas japonesas" para turistas, y en parte puedo entender que algunas personas lo sientan así. Pero es una oportunidad estupenda para ver cosas maravillosas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario